Pasar a una vida mejor

A raíz del posible traslado de la Ciudad Deportiva del Valencia CF a Riba-roja, se ha hablado mucho de esta localidad en los últimos días en los medios. Lo cierto es que, se dé o no esta actuación urbanística, este municipio del Camp del Túria ha visto en los últimos años como su población prácticamente se ha duplicado. Por desgracia, este incremento ha sido más rápido que la capacidad del municipio de adaptar su oferta de servicios e infraestructuras a las necesidades de los habitantes. Y, así, la oferta de plazas escolares o la capacidad del ambulatorio, entre otros servicios, se están viendo saturados por una creciente demanda.

Pero, el tema más gravoso es la saturación de la carretera de Manises a Riba-roja. que ha visto crecer su tráfico de forma sustancial en los últimos meses. Este extremo se está viendo agravado por el cierre de la línea de tren de cercanías el pasado 1 de abril y por el constante tráfico de camiones pesados que transportan material de las canteras de la zona a las numerosas obras. Se da la circunstancia de que esta carretera está plagada de pequeños accesos a urbanizaciones que tiempo atrás apenas tenían tráfico y que ahora registran numerosas entradas y salidas de vehículos que tienen que frenar para poder acceder o que se incorporan a la calzada a velocidad muy reducida. La conjunción de estas circunstancias, junto a la falta de prudencia de algunos conductores, está propiciando un índice de siniestralidad muy elevado en esa carretera. Y lo escribo con la imagen en la retina aún fresca de uno de estos siniestros.

Está situación no hará sino empeorar si, como parece cantado, la zona experimenta un auge urbanístico todavía mayor. Urge tomar medidas ya, a corto plazo, mediante el control del tráfico y a medio actuando sobre la calzada (ampliación, arcenes, rotondas...). Por una vez se podría intentar poner el caballo delante del carro.