El fantasma del estancamiento
La economía norteamericana sigue creciendo en el cuarto año de recuperación, tras el estallido de la burbuja de la famosa nueva economía. Aun cuando experimentará una desaceleración en 2005, el Fondo Monetario Internacional (FMI) vaticina un 3,6%. El Fondo prevé la misma cifra de crecimiento para 2006.
La principal preocupación que se detecta en Washington es ésta: ¿puede haber un parón súbito o se abre una fase de estancamiento prolongada? David Wyss, economista jefe de la empresa de rating Standard & Poor's, describe 2005 como un año "bueno, triste o sombrío". Según cree, la gente apuesta todavía por un fuerte crecimiento, pero subraya: "Uno prefiere que la economía crezca, pero incluso una recesión no vendría tan mal, porque le seguiría una recuperación. ¿El mayor temor? El estancamiento".
El FMI pone el acento en los riesgos que pesan sobre la economía norteamericana y mundial: precios del petróleo al alza, un dólar débil, altos tipos de interés, déficit gemelos de pagos y fiscal. Una obsesión que se extiende es la de que una crisis financiera catalice todos los factores negativos. El resultado, según creen los expertos, sería un periodo prolongado de estancamiento como el que ha experimentado Japón en los años noventa, del cual no acaba de recuperarse.
En Washington, la economía europea, que este año crecerá a un anémico 1,6%, es un pájaro de mal agüero. Aquí Europa es percibida como la expresión de un fantasma: el del estancamiento.
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