Instalada la chimenea de la 'fumata' en la Capilla Sixtina
Los preparativos del cónclave quedaron ultimados ayer con la instalación en el tejado de la Capilla Sixtina de la chimenea por la que saldrá la fumata que anuncie al mundo la elección del nuevo Papa. El humo será negro o blanco -votaciones fallidas o un Papa electo, respectivamente- gracias a los productos químicos que se añadan al fuego, donde arderán las papeletas de las votaciones.
Ayer se hicieron las pruebas para asegurarse de que funciona a la perfección. El lunes habrá una primera fumata previsiblemente negra. A partir del martes, aunque las votaciones serán dos por la mañana y dos por la tarde, sólo habrá dos fumatas. Las deliberaciones y votaciones se sucederán durante tres días seguidos. Si no lograran elegir al sucesor de Juan Pablo II, los cardenales dedicarán un día a la meditación antes de volver a los turnos de votaciones.
La mayor parte de los cardenales se ha instalado ya en la Casa Santa Marta, el hotel que será su residencia, en habitaciones aisladas del mundo. Sin teléfono, radio o televisión. Al resguardo de micrófonos ocultos o de cualquier otro sistema de espionaje. Para asegurarse de que el secreto se mantendrá, los empleados que atenderán a los electores juraron ayer mantener la reserva absoluta sobre el cónclave ante el camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo. El castigo por quebrantar el juramento es la excomunión.
Los desplazamientos entre la residencia Santa Marta y la Capilla Sixtina, a un kilómetro de distancia, se harán en autobús, aunque, por primera vez en la historia reciente de los cónclaves, los purpurados podrán moverse con cierta libertad por los jardines vaticanos, sin la restricción que ha sido costumbre hasta ahora.
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