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ARTUR MAS | Presidente de Convergència i Unió

"Hay que asumir que un buen Estatuto significa un pulso con el Estado"

Las relaciones entre Artur Mas (Barcelona, 1956) y Pasqual Maragall nunca fueron cordiales. Pero la acusación de corrupción contra CiU, lanzada por el presidente en sede parlamentaria, abrió un abismo entre ambos. Mas mantiene que fue Maragall quien causó el estropicio y, por tanto, de él debe partir la aproximación. De momento, CiU se niega a asistir a la próxima cumbre sobre el Estatuto.

Pregunta. ¿Ya se han cerrado las heridas entre usted y el presidente por la acusación del 3%?

Respuesta. Del todo no y seguro que tardarán en cicatrizar.

P. ¿Está dispuesto a allanar el camino?

R. CiU está totalmente predispuesta a salvar los temas de país. La ausencia de relaciones con Maragall no será la causa de que no haya Estatuto. Puede haber otras, pero esta no.

P. En la ponencia del Estatuto, ¿CiU ha cedido en algún tema en aras del consenso?

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R. No estamos en el proceso de aproximar o ceder posiciones, pues las discrepancias, en la primera lectura, se han aparcado. Por el momento no hemos cedido en nada y espero tener que hacerlo poco porque los planteamientos de CiU son muy ambiciosos pero siempre encajan en la Constitución.

P. Su proyecto de título primero no es muy transversal. Por ejemplo respecto al derecho a la autodeterminación.

R. No hay una referencia explícita a este derecho en el articulado pero defendemos su inclusión en el preámbulo. Aunque nuestras propuestas sean ambiciosas no suponen una ruptura del status quo constitucional. Cuando me refiero a la máxima ambición no oculto que CiU aspira a que la Generalitat sustituya al Estado central en Cataluña en casi todo lo que se pueda.

P. Este deseo puede levantar ampollas en el resto de España.

R. Pero es constitucional.

P. La ponencia ha tardado casi un año en terminar la primera lectura y se ha optado por aparcar lo conflictivo. Ahora que se va a discutir el grueso del Estatuto, ¿cree que podrá terminarse antes del verano?

R. Imposible tenerlo listo antes del verano. Pero si hay voluntad de negociar los puntos más espinosos y no hay excesivas interferencias se puede avanzar lo suficiente.

P. ¿En qué temas CiU no va a bajar el listón?

R. A las grandes definiciones de país, temas lingüísticos y simbólicos. Financiación, control de la inmigración, gestión de las grandes infraestructuras, relación bilateral con el Estado, administración local y de justicia.

P. Pues no lo pone fácil.

R. Son los temas con los que nos jugamos el tipo.

P. ¿Quién, CiU o Cataluña?

R. Cataluña. Y aquí se demostrará si somos capaces de hacer un gran trabajo o uno de medias tintas. Evidentemente, un buen Estatuto significa un pulso con el Estado. Esto hay que asumirlo, pero un mal trabajo sería una vergüenza para Cataluña. Y prefiero un pulso con el Estado que una vergüenza para Cataluña.

P. ¿Es necesaria una segunda cumbre sobre el Estatuto?

R. No. Lo que se pretende es que Maragall tenga su foto para que pueda recuperar un liderazgo maltrecho que él mismo ha tirado por la borda por sus propios errores. CiU lo que quiere es que el trabajo sobre el Estatuto se haga en el Parlamento de Cataluña con las cartas encima de la mesa y con luz y taquígrafos.

P. ¿Usted y Duran Lleida mantienen criterios dispares sobre la conveniencia de asistir a esta cumbre?

R. No. CiU decidió que no asistirá a una cumbre de este tipo. Duran sugirió la celebración de una reunión a solas con el señor Maragall. Tan cierto es esto que yo no la voy a pedir porque CiU no ha roto ningún plato. La iniciativa le corresponde a la persona que causó el estropicio.

P. En los últimos días, entre todos los partidos se están lanzando acusaciones mutuas sobre intentos de bloquear el Estatuto. ¿Están preparando el camino para un posible fracaso?

R. No. En todo lo que dependa de CiU habrá Estatuto pero no cualquiera. No aceptaremos que se nos imponga un Estatuto que el PSOE pueda aceptar fácilmente. Que no intenten colarnos un Estatuto de pitiminí.

P. No se puede tensar mucho la Constitución.

R. La Constitución no hay que tensarla sino exprimirla y aún queda mucho jugo. Maragall y el PSC han de asumir que sacar adelante el Estatuto que necesita Cataluña supone un enfrentamiento con el PSOE y el PP.

P. ¿Le parece una tomadura de pelo equiparar, en 15 o 20 años, los ingresos por habitante de las comunidades de régimen común a las forales como propuso el ministro Jordi Sevilla?

R. No niego que pueda establecerse un periodo transitorio, pero tiene que ser de una legislatura, o sea cuatro años.

P. ¿A la solidaridad se le pueden poner límites?

R. Por supuesto. No la negamos. Pero la solidaridad interterritorial ha de tener límites en la cuantía y en el tiempo.

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