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La Unión Europea abre la puerta a la futura adhesión de Serbia y Montenegro

El presidente serbio se muestra dispuesto a reunirse con mandatarios de Kosovo

La Comisión Europea entreabrió ayer la puerta a Serbia y Montenegro al decidir la apertura de negociaciones para un Acuerdo de Estabilización y Asociación con la república balcánica. "Es el principio del camino europeo para Serbia y Montenegro", declaró el comisario para la Ampliación, Olli Rehn, quien vinculó el gesto de ayer a la entrega en los últimos meses de presuntos criminales de guerra al Tribunal de La Haya. Rehn subrayó también que la apertura de negociaciones para la adhesión a la UE no puede ni considerarse mientras sigan en libertad Radovan Karadzic y Ratko Mladic. En el mejor de los casos, tal adhesión no se producirá antes de 2013.

"Tengo la satisfacción de anunciar que la Comisión Europea ha tomado hoy una decisión positiva" sobre la nueva relación con la república balcánica, declaró Rehn. "Serbia y Montenegro está ya suficientemente preparada para negociar". El Acuerdo de Estabilización y Asociación establece un plan y unos compromisos que deben llevar al país a un estadio de desarrollo que le permita integrarse en la Unión.

"Es el principio del camino europeo para Serbia y Montenegro", señaló el comisario, antes de introducir una cualificación. "Estoy satisfecho de los avances que Serbia y Montenegro ha hecho en su cooperación con el Tribunal de la Haya. Así debe de continuar hasta que no quede en libertad ninguno de los acusados", pero "las negociaciones para la adhesión no pueden ni considerarse mientras el país no haya colaborado totalmente con el Tribunal Penal Internacional".

El objetivo es claro y el calendario urgente. Para Rehn es crucial que el ex presidente serbobosnio Karadzic y el general Mladic estén a disposición del Tribunal de La Haya para cuando en julio se cumplan los 10 años de la matanza de Srebrenica. Ambos se hallan en paradero desconocido, aunque presuntamente protegidos por sus amigos de los servicios de seguridad en Serbia y Montenegro o en la República Serbia de Bosnia-Herzegovina.

Rehn aludió con satisfacción a la docena de personas reclamadas por La Haya que han sido entregadas este año, pero también señaló que no sólo de entregas de presuntos criminales se nutre la relación bilateral con Bruselas. Tienen que seguir las reformas económicas, políticas y administrativas que coloquen a Serbia y Montenegro en situación de ser precandidato, con vistas a una adhesión que no se producirá hasta que concluya el plan presupuestario 2007-2013, ahora en discusión y en el que no figura el país balcánico.

Belgrado recibió como un triunfo la decisión de la Comisión, por considerar que ayudará a ejecutar las imprescindibles reformas y eliminará incertidumbre. Tras la guerra y los años de precariedad política, la economía serbomontenegrina es hoy la mitad de lo que era antes de la sangrienta fractura balcánica. La agricultura y el sector químico son los únicos con buenas perspectivas, mientras el resto del país se enfrenta a un doloroso proceso de modernización que va a costar decenas de miles de puestos de trabajo en un país con una tasa de paro por encima del 30%.

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Una Comisión Internacional para los Balcanes formada por personalidades independientes, financiada por fundaciones respetadas y presidida por el ex primer ministro italiano Giuliano Amato avaló ayer en el informe Los Balcanes en el futuro de Europa decisiones como la tomada por la Comisión. "La UE quedará atrapada en la región como una potencia colonial si no adopta una estrategia valiente de adhesión con vistas a que todos los países balcánicos sean miembros en la próxima década", señaló Amato.

Un nuevo gesto de alivio de tensiones balcánicas se produjo en Belgrado, donde el presidente serbio, Borís Tadic, comunicó ayer su disposición a reunirse con el de Kosovo, Ibrahim Rugova. Será la primera vez que un líder kosovar se entreviste con un presidente serbio desde la guerra que concluyó en 1999. El principal tema sobre la mesa serán las garantías de seguridad para la minoría serbia de la provincia y el estatuto final de Kosovo, que Belgrado reconoce no puede volver a la situación previa a la guerra de ser una provincia autónoma serbia.

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