Una referencia futura

Llevan trabajando más de un año, pero todavía el paisaje de Elciego no refleja la transformación que supondrá la Bodega Antión en la vida de la localidad. Con una inversión prevista de 30 millones de euros, el grupo Proconsol está levantando la que será una de las bodegas emblemáticas de la Rioja Alavesa del siglo XXI, en la que confluyen turismo, enología y arquitectura, las tres madres imprescindibles de toda inversión en la industria del vino en estos momentos.

El proyecto de Antión viene respaldado por el grupo Proconsol, controlado por la familia Lázaro, con sede en Oyón, y que aglutina a 54 empresas con experiencia en sectores tan diversos como la limpieza, la hostelería o la vitivinicultura. Suya es la bodega Irius de Somontano (Huesca), en la que han invertido 90 millones para conseguir situarse como referencia en una de las denominaciones de origen más prestigiosas de España.

El proyecto establece recorridos paralelos para visitantes y para trabajadores

El autor del proyecto aragonés es Jesús Marino Pascual, arquitecto riojano también responsable del Museo de la Cultura del Vino de Briones (La Rioja) en el que la familia Vivanco exhibe una colección única. Esta familiaridad con el mundo del vino le ha ayudado a entenderse con el enólogo de Proconsol, Óscar Martínez, a la hora de proyectar este edificio. La construcción se confunde con la topografía de Elciego, sin perder un ápice de personalidad arquitectónica.

Está ubicada a las afueras del pueblo, entre dos referencias imprescindibles en la historia de la localidad: la multinacional Domecq y la familiar Luberri. Un poco más allá, despunta el edificio de Frank Gehry para Marqués de Riscal. La bodega Antión combinará turismo con elaboración de vino de alta calidad. Así lo resume José Luis Lázaro, consejero delegado del grupo: "Está preparada para transformar un millón de kilos de uva de primera calidad, lo mismo que para atender visitas durante 360 días al año. Además, las doce suites de su hotel darán alojamiento en cualquier momento".

La llegada del turismo al lugar no interferirá en las labores de bodega. El proyecto establece dos recorridos paralelos para visitantes y trabajadores. En esta ocasión, Jesús Marino Pascual ha acudido (como en Bodegas Baigorri lo hizo Iñaki Aspiazu) a la gravedad como motor de la elaboración del vino. Un salto de 30 metros salva el lugar de acogida de la uva de los depósitos más profundos, que se han construido en el interior de un gran cilindro. Son de hormigón, el mejor material para conservar el vino antes de pasar a la barrica, según estiman las últimas investigaciones enológicas.

Y, siguiendo con las referencias de vanguardia, las barricas están construidas con madera de roble francés. Se alojarán en un anillo alrededor del cilindro citado, en una sala sustentada por arcos parabólicos. Todavía en construcción, será un complejo de edificios que se integre en la topografía de Elciego, en una parcela tortuosa y quebrada, que no se agotará en su contemplación exterior. En octubre recibirá la primera vendimia y para marzo de 2006 está prevista la inauguración.