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Entrevista:LAS OPINIONES DE LA SOCIEDAD: 1 | LOS RECTORES | Elecciones en el PaísVasco

Las universidades esperan que se recupere el consenso en Euskadi

JUAN IGNACIO PÉREZ

Rector de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU)

"Me gustaría un amplio acuerdo sobre el encaje institucional del País Vasco en el Estado"
"Una menor presión del debate ideológico ayudaría a discutir más de otros problemas"
"Existe una sensación muy generalizada de la necesidad de llegar a acuerdos"
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1. Yo diferenciaría dos ámbitos, el del conjunto de la sociedad, por una parte, y el de la universidad por la otra. En lo relativo al primero, me gustaría que la nueva legislatura trajera un amplio acuerdo en relación con el encaje institucional del País Vasco en el conjunto del Estado. Creo que existe una amplia mayoría de formaciones políticas que abogan por una modificación o reforma, de mayor o menor alcance, del actual Estatuto de Autonomía. Sería deseable que esa reforma se llevara adelante con el mayor consenso político posible y que cuente con mayor respaldo social que el que tuvo aquél.

En lo relativo a la universidad, espero que se desarrolle en su integridad la recientemente aprobada Ley del Sistema Universitario Vasco, con todo lo que ello implica. Y sobre todo, que la UPV pueda contar con un marco de financiación estable para que pueda mejorar la calidad de nuestra oferta formativa y la extensión y nivel de nuestra actividad investigadora.

2. A veces tenemos la impresión de que es así, pero realmente no creo que lo sea. Si uno atiende al debate que se produce en otras comunidades autónomas, no parece que se aborden más las cuestiones de interés social que desde algunos ámbitos demandamos. La ausencia de debates sobre políticas públicas es un mal que afecta al conjunto del Estado, no es privativo de nuestra comunidad. Yo, sin embargo, echo de menos otra cosa. Me gustaría que el debate ideológico se sustanciara en asuntos concretos; que unos y otros aportasen su punto de vista en relación con las consecuencias que una u otra articulación política de nuestra comunidad tendría en lo relativo a las políticas públicas en su conjunto. Por ejemplo, que se debatiera acerca de las consecuencias que podría tener un cambio del estatus político-institucional en el funcionamiento, organización y financiación de la universidad.

3. Esta pregunta tiene una respuesta múltiple, pues se ve de tantas formas como universitarios somos. A título personal, yo soy optimista, porque creo que, aunque no sea sencillo, dejaremos atrás una etapa muy dura y, poco a poco, nos dirigiremos a un escenario de mayor acuerdo y de menor fractura política. También creo que el terrorismo constituye un factor político cada vez más residual, y aunque cada vez es menor su actividad, por prudencia prefiero no pecar de exceso de optimismo en este asunto.

4. En lo que al clima político y la convivencia se refiere, creo que todos los pasos que se den y todas las medidas que se tomen para restañar heridas, relajar el ambiente y restaurar consensos básicos serán pocas. No debemos resignarnos a considerar el frentismo político como algo inevitable, pues, además de estéril, no beneficia a nadie. En lo que a otras cuestiones se refiere, creo que el escenario económico internacional al que nos dirigimos nos va a exigir que apostemos claramente por construir una sociedad en la que el conocimiento sea la materia prima fundamental, pues en el futuro inmediato sólo la apuesta por el conocimiento nos permitirá progresar y alcanzar mayores cotas de bienestar y de integración social. Y en esa tarea la universidad tiene un papel primordial.

JAIME ORAÁ Rector de la Universidad

de Deusto

1. Por soñar que no quede. Espero que sea una legislatura en la cual, gobierne el que gobierne, aumente considerablemente el nivel de unidad y de consenso entre todos los partidos y la sociedad vasca en torno al marco jurídico-político; se reduzca la crispación y aumente el diálogo; desaparezca definitivamente la violencia de ETA y todas las personas puedan gozar de libertad y del pleno disfrute de sus derechos fundamentales, y crezca el desarrollo económico y social del país sobre todo para los sectores más marginados.

2. El debate y el enfrentamiento ideológico no cabe duda de que es muy intenso y hace que los demás problemas de la sociedad vasca queden a veces en un segundo plano. Pero esto no quiere decir que no se esté avanzando en temas tan importantes como el de las infraestructuras, sanidad, educación, vivienda, etc. Ahora bien, una menor presión del debate ideológico ayudaría a que se pudieran discutir más abierta y extensamente de estos y de otros problemas vitales para el desarrollo de esta sociedad, y por tanto se podría llegar a avances más significativos en ellos.

3. La universidad, además de formar profesionales competentes y de investigar, debería ayudar a la sociedad a plantearse (y naturalmente a contestar) las grandes preguntas a largo plazo: ¿hacia dónde caminamos en esta sociedad?, ¿vamos hacia mayores niveles de humanización, de justicia social, solidaridad, de convivencia entre todos, más respetuosa de la pluralidad y de la diferencia, más pacífica y más integrada, a una calidad de vida personal mayor, o vamos hacia una creciente deshumanización y desestructuración social? A los políticos, preocupados muchas veces por la resolución de problemas muy concretos y técnicos, como es en parte su deber, pero que a menudo están anclados en un pensamiento cortoplacista, tenemos que ayudarles a planificar a medio y largo plazo desde unos valores auténticamente humanos de los que dependerá el futuro y la felicidad de la sociedad.

4. La cuarta pregunta está contestada en la primera: las tareas que apunten a esos objetivos.

INAXIO OLIVERI Rector de Mondragon Unibertsitatea

1. Espero que se sitúen las bases de la desaparición de la violencia y se avance en la distensión política y en la normalización del país. Creo que existen elementos objetivos y subjetivos que permiten atisbar un avance importante en esos aspectos, que son los fundamentos para superar una situación que dura ya demasiado tiempo. Existe una sensación muy generalizada de la necesidad de llegar a acuerdos. La sociedad espera y desea que se produzcan y, aunque el momento preelectoral no es el más adecuado, también la política es consciente de esa necesidad y de la voluntad mayoritaria de la ciudadanía. Por otra parte, se atisban ya posiciones proclives al diálogo, que es la condición necesaria para que los acuerdos se produzcan. Creo, por tanto, que va a ser una legislatura interesante e importante.

2. Pienso que la intensidad del debate ideológico traslada a un segundo plano la discusión sobre los otros problemas. Y en algunos de ellos, los más cercanos al debate ideológico, exacerba la naturaleza de los debates, que debieran ser tratados con mayor asepsia política, aunque en absoluto impide su tratamiento. Existiendo problemas importantes, como el de la vivienda o la temporalidad en el empleo, por citar dos particularmente importantes y no exclusivos de la CAV, creo que la mejora de las condiciones de vida y de los servicios es un hecho constatable. Se manifiesta en el grado de satisfacción y valoración de los mismos por parte de los ciudadanos. También son constatables los favorables parámetros comparativos con relación al Estado y Europa en materia de crecimiento económico, renta per capita, tasa de paro, etc. Si esto se ha producido es porque el debate ideológico no ha impedido el tratamiento de los problemas sectoriales, lo que indica que demasiadas veces el debate político distorsiona la realidad de país. Quizás la pregunta a realizar sería cuánto podríamos avanzar si consiguiéramos una situación de mayor normalización política.

3. No creo que exista una opinión universitaria específica en relación al futuro. Aunque podemos estar convencidos de la capital importancia de algunos factores que tienen que ver con nuestra actividad, las opiniones sobre el futuro entiendo que son personales y no institucionales. El futuro de nuestro país, como el de todos, va a depender fundamentalmente de factores como: estabilidad política para que la sociedad pueda convivir y desarrollarse, formación de sus gentes para responder a los retos que presenta la sociedad del conocimiento y la globalización, e infraestructuras de transporte y comunicaciones adecuadas.

Pero además de estos factores existen otros que no podemos olvidar, como son los relacionados con la cohesión social y la solidaridad. No podemos dividir la sociedad entre los integrados en el sistema y los marginados y debemos mejorar sustancialmente la calidad del empleo de los jóvenes y su acceso a la vivienda. Soy un optimista consciente ante el futuro, conociendo y aceptando las dificultades, pero entendiendo que el país y sus gentes tenemos capacidad y voluntad para superarlos.

4. Creo que la pregunta está ya contestada en el punto anterior. Pero me gustaría incidir en la importancia estratégica que tiene la formación en su conjunto, y específicamente en la formación superior. Aquí es donde nos estamos jugando nuestro futuro y donde debe producirse, de manera inmediata, un salto cualitativo, ya que estamos en un momento trascendental. Europa se la juega en esto, y Euskadi, dentro de ella, también.

Si de verdad se cree, como dicen las instituciones europeas, que la universidad, al situarse en el centro de la investigación, la educación y la innovación constituye la base de la economía y la sociedad del conocimiento y un factor clave para la competitividad y para la cohesión social, debe realizarse una apuesta estratégica e inmediata. Esto debe traducirse en una acción decidida para dar a la universidad, es decir al Sistema Universitario Vasco, apoyo institucional y los medios precisos para que que pueda responder adecuadamente a esos nuevos retos.

Juan Ignacio Pérez, rector de la UPV.
Juan Ignacio Pérez, rector de la UPV.
Jaime Oraá, rector de Deusto.
Jaime Oraá, rector de Deusto.
Inaxio Oliveri, rector de Mondragon.
Inaxio Oliveri, rector de Mondragon.

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