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LA POLÍTICA EN LOS JUZGADOS

Excesos de palabra

Lourdes Lucio

Los socialistas han recordado estos días que por algo menos grave que lo dicho por Esperanza Oña en el pleno -hacer una acusación falsa de nepotismo a un miembro del Gobierno- dimitió de todos sus cargos políticos el diputado del PSOE por Málaga Rafael Centeno a causa de una frase pronunciada durante una conversación privada y grabada por un cámara de televisión. En realidad, el socialista dimitió porque su partido puso en marcha una estrategia suicida y atribuyó la frase "los moros, a Marruecos, que es donde tienen que estar" a un diputado del PP.

El PSOE reconoció el fabuloso error y entonó un mea culpa como pocas veces se han escuchado. "El partido se ha comportado con una gran torpeza desde el principio por entrar al trapo en una conversación privada, en un terreno fácil de desgaste al rival, y del que se creía que se puede sacar un rédito político. El PSOE debería saber que no todo vale en política. Ha sido una actuación bastante torpe. Debemos estar a la altura de nuestra militancia", dijo en febrero de 2001 la entonces vicesecretaria general del PSOE, Mar Moreno, hoy presidenta del Parlamento.

El portavoz del Partido Popular, Antonio Sanz, protagonizó la legislatura pasada otro triste episodio en el que afirmó, desde la tribuna de la Cámara autonómica, que se había producido la "manipulación grave del Registro y del funcionamiento" del Parlamento por la corrección de oficio de una iniciativa del grupo socialista para que pudiera ser debatida. El dirigente conservador consideró, además, que se trataba de un hecho "sin precedentes", aunque la Mesa del Parlamento lo había hecho con 370 iniciativas, de las que el 68,6% correspondían a su grupo. Con su afirmación, Sanz estaba imputando la comisión de un delito como es la falsificación de un documento, cuando el Registro, además, está bajo la custodia de los funcionarios. Sanz, uno de los políticos más imperturbables del Parlamento, nunca rectificó.

En el salón de plenos es relativamente frecuente la rectificación sobre la marcha de expresiones mal sonantes de los diputados, que los presidentes de la Mesa se apresuran a advertir. Eso es desde hace algunos años, aunque en los diarios de sesiones hay perlas sexistas como ésta pronunciada por el popular Juan de Dios Martínez Soriano a una diputada del PSOE:

- Es difícil ser duro en una réplica, y sobre todo cuando se tiene de oponente a una señoría como la suya y en primavera.

(Risas).

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