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INVESTIGACIÓN EN EL SEVERO OCHOA

La vicepresidenta cree que Lamela actuó con "precipitación"

Las críticas por la actuación del consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, en la gestión de la crisis del hospital Severo Ochoa de Leganés subieron ayer de grado. "Creemos que es posible que se haya podido actuar con una cierta precipitación", dijo la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. "No podemos tener abierta la sospecha sobre el funcionamiento de nuestro sistema sanitario", por lo que las denuncias sobre malas prácticas en el hospital deben aclararse "cuanto antes", para que se "restablezca la confianza" entre médicos y pacientes, afirmó la vicepresidenta.

Más crítico, el secretario del PSOE madrileño, Rafael Simancas, dijo que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, tendría que asumir "en primera persona toda la responsabilidad" por la crisis creada. "La principal amenaza para la sanidad pública madrileña tiene un nombre: Aguirre y Lamela; y tiene una razón: los 5.000 millones del presupuesto de la sanidad que quieren convertir en un negocio abierto a las empresas privadas", señaló. Sobre la denuncia afirmó que "sólo se ha podido acusar a los médicos de rellenar mal unos papeles".

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"Debería ser cesado"

Por su parte, el secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, Alfonso Perales, afirmó que el presidente del PP, Mariano Rajoy, "debe pedir responsabilidades" a Aguirre y a Lamela por el "daño que le han hecho a la sanidad española". A juicio de Perales, Lamela "ha actuado de forma irresponsable, por lo que debería ser cesado".

El coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, se unió a las críticas al consejero. Según Llamazares, Lamela practicó el "fundamentalismo religioso", lo que le "llevó a prestar credibilidad a los prejuicios religiosos" de las denuncias anónimas, y a "restársela a los profesionales" del centro.

Desde el PP, la secretaria de Política Social y Bienestar, Ana Pastor, habló por primera vez de la crisis. Pastor afirmó que durante el tiempo que fue ministra de Sanidad (entre 2002 y 2004) no tuvo conocimiento de que hubiera denuncias por supuestas eutanasias en el Severo Ochoa.

Pastor, quien, como Aguirre, sólo asistió el jueves a parte del debate sobre la actuación de Lamela en la Asamblea de Madrid, expresó su apoyo al consejero y a las personas que, "como él, contribuyen a que mejore la sanidad".

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