CiU critica al Ayuntamiento de Barcelona por el retraso en la entrega de 200 pisos de alquiler para jóvenes

El grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona criticó ayer al equipo de gobierno por el retraso en la entrega de cuatro promociones de pisos de alquiler para jóvenes que fueron adjudicadas por sorteo hace dos años y debían ser entregadas durante el primer semestre de 2004. El presidente de los convergentes, Xavier Trias, presentó una pregunta al alcalde, Joan Clos, sobre el calendario de entrega de llaves a los jóvenes. El Ayuntamiento respondió que la acusación de CiU no es cierta y precisó que, de las cuatro promociones citadas, la de Can Bacardit (62 pisos en el distrito de Les Corts) ya está habitada por los jóvenes que ganaron el sorteo, y en el caso de la del pasaje de Urrutia (98 pisos en Nou Barris) "se están entregando" las llaves, y la entrada de los jóvenes es inminente. Sí llevan retraso, reconocieron los responsables municipales, las promociones de Manel Sancho (72 pisos también en Nou Barris), por razones que no precisaron, y la calle de Carders (24 pisos en Ciutat Vella), cuya demora se debe al hallazgo de restos arqueológicos que obligaron a paralizar la obra durante un año y a modificar el proyecto inicial.

Estas cuatro promociones de viviendas de alquiler para jóvenes forman parte de un paquete de 1.054 pisos que fueron objeto de una intensa polémica cuando el Ayuntamiento convirtió en un espectáculo televisado el sorteo que celebró para adjudicarlo a los inscritos. El sorteo, que se celebró un domingo de marzo en el teatro Victoria, había levantado una gran expectación y el Ayuntamiento recibió 17.687 solicitudes para optar al millar de pisos.

La ecuación era muy sencilla: sólo uno de cada 17 jóvenes aspirantes resultaría agraciado con un piso. Pero los asistentes no se dieron cuenta hasta que comenzó el sorteo, para cuya presentación el Ayuntamiento contrató a la productora El Terrat, con el actor Santi Millán ejerciendo de maestro de ceremonias. De la expectación inicial, con la platea del teatro Victoria llena de jóvenes acompañados de familiares, el ambiente derivó en sorpresa primero y rabia después, al percatarse los asistentes de que había 17 veces más posibilidades de perder que de ganar.

Aquello acabó en algo parecido a un reality show, con gritos y llantos, mientras los regidores de Barcelona Televisió rogaban a los asistentes que expresaran alegría si les tocaba un piso y los responsables del Patronato Municipal de la Vivienda, la promotora de los pisos, contemplaban estoicamente al espectáculo.

El Ayuntamiento respondió ayer a la oposición convergente a través del portavoz municipal, Ferran Mascarell, quien denunció el "estilo oportunista, precipitados y poco informado del grupo municipal de CiU cuando habla de la política de vivienda para jóvenes que se está aplicando con éxito en la ciudad".

Política de vivienda de CiU

Mascarell reprochó además a CiU que "durante los [casi] 25 años que ha gobernado Cataluña no ha hecho absolutamente nada para mejorar las condiciones de acceso a la vivienda de la gente y menos de los jóvenes de Barcelona". El portavoz municipal también recordó al jefe de la oposición que de los 1.054 sorteados "950 ya están entregados o en proceso". "Una cifra que representa el 90% de efectividad", subrayó.

Sobre los 96 pisos que todavía no están acabados de construir, en las promociones de la calle de Carders y Manel Sancho, el Ayuntamiento informó de que estarán listos antes de que termine este año. Una demora que supone casi dos años sobre los plazos previstos, que indicaban que estarían finalizados durante el primer semestre de 2004.

Los 1.054 pisos sorteados hace dos años están repartidos por un total de 10 promociones en los distritos de Nou Barris, Sant Andreu, Sants-Montjuïc, Les Corts, Ciutat Vella, Horta-Guinardó y Sant Martí. Son viviendas que en el argot municipal se conocen como 10HJ, tienen entre 36 y 44 metros cuadrados, cuestan entre 180 y 250 euros de alquiler y están dirigidas a menores de 35 años. El objetivo de estas promociones es facilitarles el acceso a la vivienda. La idea es que permanezcan durante cinco años en estos apartamentos, con contratos cerrados, y luego puedan acceder a viviendas con precios de mercado.