Juanma Bajo Ulloa filma un cuento sobre la necesidad de amor
'Frágil' entra en el debate sobre la tortura para conseguir un ideal de belleza imposible
Qué tengo que hacer para ser guapa?", se pregunta Venus, la saludable protagonista de Frágil, la última película del director vasco Juanma Bajo Ulloa, que se presentó el jueves en Bilbao y que llegará a las pantallas de toda España el 15 de abril. Sus amigas son muy explícitas: le retiran el plato rebosante de comida y ponen ante ella un yogur desnatado. Sin azúcar. Las imágenes siguientes revelan una tortura, la que Venus se autoinflige para conseguir esa belleza que ella piensa le llevará directamente al corazón de su amado: ayuno y vómitos inducidos. El reflejo de un grave problema de hoy: la tiranía del ideal de belleza imposible. "La anorexia y la bulimia son problemas reales a los que no se hace demasiado caso porque no le conviene a la sociedad de consumo", apuntó Juanma Bajo Ulloa tras la proyección.
Su película no es un drama contemporáneo, que también lo es, sino un cuento, como él mismo definió. "Es un trabajo humilde", dijo, que pretende contar un cuento "sobre el amor idealizado y sobre lo que les pasa a las personas ante su carencia".
Frágil narra la historia de Venus, una chica dulce, romántica y poco atractiva, que ha vivido siempre con su padre aislada en las montañas, sin apenas contacto con el mundo de hoy. Tras el fallecimiento del padre, Venus decide salir a la ciudad en busca de un amor de niña que jamás ha olvidado. Su encuentro con la cara más mercantil y despiadada del mundo del cine será un choque brutal.
"Frágil es muy diferente a lo que se puede ver hoy día en cartelera. Provoca un debate, una reflexión", aseguró el director de Alas de mariposa, Airbag y La madre muerta. "Hacemos cualquier cosa para ser altos, guapos y exitosos porque nos han hecho creer que con ello seremos más felices. Pero si no te aceptas a ti mismo, es muy difícil que te acepte nadie. Vivimos en un mundo en el que nos presionan para llegar a un sitio que no existe", resumió el realizador.
Bajo Ulloa ha realizado una importante labor de casting de actores para este filme, con pruebas en Madrid, Barcelona y Nueva York, ya que quería rostros desconocidos. "Para el cuento era muy importante que las caras no fueran conocidas. Quiero que el público se identifique con los personajes, no con tal o cual actor interpretando un papel", comentó.
En este punto el director alavés fue muy crítico con el cine español, del que afirmó que "no se arriesga, no da la oportunidad a los nuevos talentos" y siempre recurre a los mismos actores. Para Frágil, él cuenta con Muriel, una actriz sevillana que procede del teatro, y con Julio Perillán, nacido y criado en Washington (EE UU) pero de ascendencia española. Ambos se mostraron encantados con la oportunidad de protagonizar el último trabajo de Bajo Ulloa, rodado en el País Vasco y Navarra con "la implicación" de todos los actores y técnicos. El filme es una producción independiente, algo necesario para esta historia, ya que, según el director, "no se habría podido realizar con una productora al uso".
En el final de Frágil, Bajo Ulloa reserva una sorpresa al espectador, un vuelco que es preferible no revelar.
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