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Entrevista:DEBATE SOBRE EL FUTURO DE EUSKADI | 1: REFORMA DEL ESTATUTO Y RELACIONES CON EL ESTADO | Elecciones en el PaísVasco

Balza: "Los ciudadanos decidirán si nos equivocamos" Eguiguren: "Demostraremos que somos alternativa"

Javier Rivas

El debate, celebrado ayer en Bilbao y que superó en conjunto las dos horas y media de duración, se centra en varias de las cuestiones nucleares en la discusión que ha llenado la pasada legislatura del Parlamento vasco y que sigue centrando en gran medida la campaña electoral: la reforma del Estatuto de Gernika y el plan Ibarretxe, aprobado por el Parlamento vasco el pasado 30 de diciembre y rechazado por el Congreso el 1 de febrero.

El debate se inicia con una pregunta para que cada uno de los contertulios detallen su visión sobre la reforma del Estatuto, las distintas propuestas que se han planteado al respecto, y cuál ha de ser la articulación de Euskadi con el conjunto de España.

Balza (PNV-EA): "Tenemos nuestra opción política, que contrastamos en el Parlamento y con las urnas, no con encapuchados ni con pistolas"
"Los 604.000 votos que tiene detrás la coalición PNV-EA no se han vuelto locos, no están por la ruptura ni por el abandono de este país"
"El PSOE y PP tienen una solución común para el Estado español en materia de modelo territorial y lo llevan a rajatabla"
Eguiguren (PSE-EE): "No nos colocamos ni en el rupturismo del PNV ni en el inmovilismo del PP. Tenemos una visión moderada y centrada"
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"No admitimos lecciones ni de autonomismo por parte de nadie ni de responsabilidad nacional por parte de nadie"
"Si Patxi López es 'lehendakari', al día siguiente llamará a todos los partidos para empezar a hablar de la posible reforma del Estatuto"
Barreda (PP): "No hay insatisfacción con el funcionamiento de la autonomía. Lo que hay es una reivindicación política que va contra la realidad vasca"
"El modelo del PP es claramente la Constitución y el Estatuto. Hay que seguir los procedimientos que hemos establecido para la reforma estatutaria"
"No se defiende el interés general ni las libertades en Euskadi plegándose a las exigencias de los nacionalistas"
Matute (EB): "No podemos creer en los marcos inalterables. Hay que buscar un nuevo marco de convivencia para el conjunto de los ciudadanos"
"Es imprescindible una mesa de partidos para que todos pongamos encima un proyecto, algo que no ha sido posible antes"
"Lo mejor que le puede pasar a Euskadi es que camine por la senda del federalismo y que coincida en ese camino con otros pueblos"
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Jesús Eguiguren
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Intervienen Javier Balza, en nombre de la coalición PNV-Eusko Alkartasuna; Leopoldo Barreda, por el Partido Popular; Jesús Eguiguren, por el PSE-EE, y Oskar Matute representando a Ezker Batua. Éste es un muy detallado resumen de la conversación.

Javier Balza. Entendemos que el proyecto de reforma del Estatuto, incorporado al programa electoral, y pretenderemos que se incorpore también como claves del programa de gobierno, supone una transición de lo que es la etapa de modificación del Estado de las Autonomías. El Estatuto de Gernika tuvo un poder de revolucionar y modificar la forma de convivencia, tanto social como política, entre Euskadi y el Estado, ha tenido un desarrollo importantísimo en estos 25 años y, como toda obra humana, tiene también una clara necesidad de revisión y de una doble labor: compensar y corregir los defectos en su desarrollo que se han venido produciendo en el contenido del autogobierno, y por otro, una labor de abarcar ámbitos que, por el momento histórico en que el Estatuto se realiza, a la salida de una dictadura, no fueron posibles de incorporar, básicamente todo lo relativo a la definición del pueblo vasco como sujeto de derechos colectivos, la defensa de su identidad nacional y garantías y poderes incorporados a esa nueva definición del concepto de pueblo vasco.

Leopoldo Barreda. Todo el replanteamiento de la forma de articulación de nuestra comunidad autónoma en el conjunto de España tiene un origen bien conocido: el momento en que se proclama la liquidación del Estatuto en un famoso acto en Gernika por una mayoría sindical, seguido por acuerdos que todos recordamos mejor: el pacto de Estella y ese pacto PNV-ETA que tantos sellos estampó en la hoja. Ése es el origen de esta cuestión. No hay una demanda ciudadana ni insatisfacción con el funcionamiento de la autonomía. Lo que hay es una reivindicación política que va contra la propia realidad social y política del País Vasco. No hay un proyecto de reforma del Estatuto puesto sobre la mesa desde el PNV; lo que hay es un proyecto de voladura del Estatuto y de quiebra de la Constitución, una fórmula para abrir el camino de la independencia.

Sobre ese planteamiento no hay futuro para el País Vasco, la sociedad no cabe ahí. El planteamiento debe ser seguir haciendo el camino del Estatuto, la articulación de Euskadi como comunidad autónoma en el conjunto de España y lo que haya que mejorar requerirá las mayorías y los procedimientos que los vascos establecimos en su día para poder reformar aquel Estatuto. Lo deseable es que los consensos sean iguales o superiores a aquéllos y no que por dar satisfacción a un 10% se deje fuera al 50%.

Jesús Eguiguren. Los socialistas vascos no nos colocamos en ninguno de los dos extremos, ni en el rupturismo del PNV, representado por el plan Ibarretxe, ni en el inmovilismo del PP, representado por esa actitud de que cualquier reforma de las normas legales supondría una tragedia para el País Vasco o para España. Tenemos una visión moderada y centrada. Han pasado 25 años y, si se han observado algunos problemas en el funcionamiento del autogobierno, no pasa nada porque nos sentemos todos a estudiar su posible reforma. Ni ruptura, ni inmovilismo, sino reforma consensuada. Uno de los objetivos de nuestro programa es que si Patxi López es lehendakari, al día siguiente llamará a todos los partidos para sentarse en torno a una mesa y empezar a hablar de la posible reforma del Estatuto, siempre y cuando se respeten los principios de prudencia, responsabilidad, consenso, legalidad, todo lo que es de sentido común en un Estado democrático.

Oskar Matute. Asistimos a un momento crucial de un debate que de diferentes formas ha estado latente en la sociedad vasca y que obedece a varias reflexiones, como una Transición que se realiza como se realiza o un Estatuto que ha sido una herramienta de autogobierno eficaz que ha conseguido que este pueblo alcance cotas de bienestar muy apreciables, pero que también ha sufrido paralizaciones en la limitación de las transferencias.

Entendemos que hay una mayoría de la sociedad vasca, no necesariamente nacionalista, pero también conformada por buena parte del nacionalismo, que entiende que es momento de situar a Euskadi en otros parámetros. No podemos creer en los marcos inalterables. Hay que buscar un nuevo marco de convivencia para el conjunto de los ciudadanos, y remarco lo del conjunto. Nuestra propuesta, el federalismo de libre adhesión, creemos que posibilita el desarrollo pleno de este pueblo y deposita en él la capacidad de decidir libre y democráticamente lo que quiera ser, pero a la vez le implica en la construcción de un modelo de Estado federal para el Estado español, más democrático, solidario y descentralizado. Lo mejor que le puede pasar a Euskadi es que camine por la senda del federalismo y que coincida en ese camino con otros pueblos para dar lugar a un Estado español más acogedor para todos desde la libre decisión de las partes.

CONCEPTOS El núcleo del debate

Balza. Pondría sobre la mesa dos conceptos básicos: el respeto y la credibilidad de cada uno. No puedo admitir que desde el PP se insista en que los proyectos de otros son siempre consecuencia de un pacto con ETA, el desastre, la bancarrota social y económica... Esa versión del error absoluto en el adversario no es realista y no demuestra el necesario respeto a las ideas de otros, que ni más ni menos supone la opción legítima que toma la posición mayoritaria de esta sociedad.

Los 604.000 votos que, hasta que no lleguemos al 17 de abril, tiene detrás la coalición PNV-EA no se han vuelto locos, no están por la ruptura ni por el abandono de este país, no están por la radicalidad ni por la división social. Simplemente coinciden con una línea de pensamiento claramente nacionalista que aporta un nuevo proyecto para construir formas de convivencia y avance de esta sociedad. Y desde el principio de que a mayor autogobierno, mayor bienestar, como se viene comprobando estos 25 años, y de que hay que abordar, desde nuestra opción legítima, cosas que no estaban incorporadas en el Estatuto de Gernika, básicamente el concepto de capacidad de decisión.

A este planteamiento se le puede llamar de filosofía nacionalista, sin duda, pero no de rupturismo, de locura, de confrontación social. Es nuestra opción política, que contrastamos en el Parlamento y con las urnas, no con encapuchados ni con pistolas. Y serán, como en toda democracia, los ciudadanos quienes decidan si estamos equivocados o no.

En cuanto a la credibilidad, me cuesta aceptar las afirmaciones de valor y desarrollo del Estatuto tanto del PP como del PSOE, cuando, si hay algo contrastado en estos 25 años, es que han participado del bloqueo absoluto y del entierro real del Estatuto. La parte de Estatuto que hoy se puede practicar en Euskadi no tiene nada que ver con lo que los ciudadanos votaron. No sólo hay que hablar de reforma, sino poner encima de la mesa qué elementos de credibilidad se pueden aportar para que lo que no se ha hecho en 25 años, y se ha hecho lo contrario, pueda merecer una opinión favorable en estos momentos.

Barreda. Hay mucho más debate político que social. No hay una preocupación social por estas posiciones. Cuando se pregunta a los ciudadanos, estas cosas de la formulación territorial y del Estatuto aparecen en el puesto 18 o 20. Cualquier reforma política debe estar al servicio de las personas y no de demandas estrictamente partidistas. Debe contemplar al conjunto de la sociedad y no sólo satisfacer el ego de algunos políticos impulsores de tales reformas. Y planteamientos de comunidad nacional o de un poquito de referéndum cuando otros piden una consulta no sirven para construir alternativas a un planteamiento que busca la ruptura. Hay que recuperar otras claves y una es la lealtad. No puede ser que se fijen reglas de juego y alguien se sienta autorizado unilateralmente a saltárselas y a hacer planteamientos que quiebran las voluntades expresadas por los ciudadanos en las urnas. Bien es cierto que aquí no hay puesta sobre la mesa una reforma, sino un planteamiento de ruptura, y a eso no se le puede dar una respuesta contemporizadora.

El modelo del PP es claramente la Constitución y el Estatuto, la vía de la España de las autonomías. Hay que seguir los procedimientos que los vascos hemos establecido para la reforma estatutaria. No vale esto de "cómo no ha prosperado en el Congreso, yo me siento legitimado para convocar una consulta cuando se me antoje". Los vascos hemos establecido unas reglas y dicen que hay que tener mayoría en el Parlamento vasco, en el Congreso y en el Senado y en referéndum, por ese orden. Nuestro modelo es el que hemos votado todos.

Respetamos mucho las ideas, pero lo que está planteando el PNV como regla de juego es la unilateralidad: cuando yo quiera y como yo quiera. Mayorías y minorías tienen que cumplir la ley, no definirla a su antojo para poder actuar de forma unilateral contra la mitad de la sociedad.

Eguiguren. No me interesa hablar del pasado sobre el desarrollo estatutario. Es un debate de segunda división y hay cosas que no hace falta demostrar, como lo que ha pasado en el País Vasco y España en los últimos 25 años. Me parece una obviedad que tenemos uno de los autogobiernos más importantes de Europa, como lo demuestra precisamente la presencia aquí del consejero del Interior del Gobierno vasco.

Estamos en unas elecciones y nos interesa el futuro y hay tres fórmulas para tirar adelante: una es la que propone el partido nacionalista y que ha apoyado también Izquierda Unida o Batasuna, que es el plan Ibarretxe; la otra vía es la de decir aquí no se mueve ni una coma y no negociamos con nadie, que creo que también es inviable, porque también hay una parte de la sociedad que plantea una revisión o una actualización del Estatuto.

Frente a esos dos extremos la vía es la del consenso, el diálogo y la reforma del Estatuto, que no sea para hacer una cosa distinta al Estatuto de Gernika, sino algo para consolidarlo y fortalecerlo. Ése es nuestro modelo y no admitimos lecciones ni de autonomismo por parte de nadie ni de responsabilidad nacional por parte de nadie.

Matute. Pueden existir no sólo esas tres vías, o 10, e incluso dentro de muchos partidos hay apuestas por diferentes vías. No vale decir que el consenso y el diálogo es la herramienta cuando lo que se dice realmente es que sólo serán posibles cuando se acepte lo que yo diga. Y ésa es un poco la posición socialista y ahí está un poco la trampa. El consenso y el diálogo es mucho más que eso, es la búsqueda de un espacio común donde seguramente nadie queda satisfecho, pero todos encontramos algo nuestro. Esa voluntad en el partido socialista todavía no la he visto.

Creo que la centralidad de este país apuesta por conformar Euskadi no desde una perspectiva étnica y esencialista, pero ello tampoco puede suponer la negación de la existencia del propio pueblo vasco o de su capacidad de decisión. Es imprescindible una mesa de partidos para que todos pongamos encima un proyecto, algo que no ha sido posible antes, no porque no se haya intentado, sino porque algunos partidos han decidido que no querían poner proyectos encima de la mesa. Y a partir de ahí ver de qué somos capaces, teniendo en cuenta la presión de los ciudadanos que exigen soluciones. Si se hace bien, se van a reforzar los lazos de solidaridad entre los diferentes pueblos y naciones.

CONCLUSIONES Modelos para el futuro

Balza. Sin mirar al pasado, no se trata de hacer ahora un planteamiento de oportunismo electoral. No hay aquí dos extremos y uno mediado en el que se busca el consenso. PSOE y PP participan del modelo territorial, tenéis una solución común para el Estado español en esta materia y lo lleváis a rajatabla. Un modelo común con unos principios muy sencillos: la negación del hecho diferencial vinculado al concepto de nacionalidad, una uniformidad competencial en el conjunto del Estado y la apuesta por un federalismo de pura ejecución que lamina toda la parte de decisión política prevista en el Estatuto de Gernika. Con la reforma pretendemos superar estas cuestiones.

Barreda. El debate para los ciudadanos es mucho más sencillo. Aquí hay un proyecto de ruptura y tiene que haber capacidad para defender un proyecto de convivencia y de entendimiento entre vascos. Los ciudadanos no tienen esa demanda y no se defiende el interés general ni las libertades en Euskadi plegándose a las exigencias nacionalistas. Los vascos hemos votado ese Estatuto, y por cierto no necesariamente su lectura nacionalista, que es la única que el Gobierno vasco ha puesto siempre sobre la mesa. En segundo lugar, desde la sumisión y las concesiones permanentes en clave nacionalista no se defiende nada diferente al proyecto de ruptura del nacionalismo. Este planteamiento del plan López, surgido al albur del complejo frente a Maragall y el nacionalismo, no aporta nada a un futuro de convivencia entre vascos. Simplemente es debilidad. El PSE nunca se ha creído la capacidad de ser alternativa al nacionalismo. Nosotros defendemos lo que los vascos hemos votado, que es el Estatuto.

Eguiguren. A Balza, espero que le haya oído Rajoy y se tranquilice un poco el Partido Popular. Y a Barreda, decirle que para nosotros la alternativa es importantísima, pero siempre estará por encima el bien del país y la solución de los problemas. Cuando ese bien superior ha exigido que lleguemos a tipos de acuerdos lo hemos hecho. Pero vamos a demostrar que somos la alternativa y nos lo creemos, el 17 de abril.

Matute. Todos los que estamos en esta mesa, e incluso gente que no está, cuando hace su propuesta es porque cree que es con la que la gente puede vivir mejor. Si lo hacemos con ese objetivo, desdramaticemos el debate, porque podemos o no estar equivocados, pero lo hacemos para que la gente viva mejor. No vale decir ahora ni por parte del PSOE ni mucho menos del PP que las cosas están como están porque están así bien o hay que modificarlas cuando se han podido hacer cosas y no se han hecho.

De izquierda a derecha, Eguiguren, Matute, Balza y Barreda, antes de comenzar el debate.
De izquierda a derecha, Eguiguren, Matute, Balza y Barreda, antes de comenzar el debate.SANTOS CIRILO

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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