Cómo debe ser el nuevo papa

Que el nuevo papa siga el legado y las enseñanzas de Juan Pablo II es la opinión que la mayoría de cardenales y expertos de la Iglesia católica han expresado después del fallecimiento de Karol Wojtyla y a pocas semanas de que se reúna en Roma el grupo de 117 purpurados que deberá escoger a su sucesor.

A juicio de cardenales de distintas nacionalidades, el próximo Pontífice debe ser un hombre santo y sabio, conservador, que ame a la Iglesia y que esté comprometido con los pobres del mundo.

Antonio María Rouco Varela, cardenal de Madrid, ha dicho que "hay que actuar con un gran sentido de respuesta, fiel a lo que uno crea que Dios pide". Su colega brasileño Claudio Hummes afirmó: "Pienso que el próximo papa debe continuar siendo una presencia sabia y santa en el mundo, pero, al mismo tiempo, debe ser alguien que demuestre que él y la Iglesia están al servicio de la humanidad. Especialmente al servicio del más pobre y excluido".

"Yo no voy con ideas preconcebidas al cónclave", afirma el cardenal francés Lustiger

Otros acuden a la inspiración divina para tomar una decisión y han asegurado que no tienen juicios formados acerca de quién debe ser el sucesor de Juan Pablo II. "Pienso que el próximo papa no debe ser semejante a Juan Pablo II, eso sería absurdo pensarlo, pero el elegido debe tener las mismas cualidades de amor a la humanidad, amor por la verdad, valor y fuerza. Yo no voy con ideas preconcebidas al cónclave ni diciendo qué tipo de hombre se necesita, ya veremos qué resulta del consenso", ha expresado el cardenal francés Jean-Marie Lustiger.

En coincidencia con el cardenal Lustiger se pronunció su homólogo de Estados Unidos Theodore McCarrick: "Estoy seguro de que el nuevo papa será un santo varón, un hombre que adora a los pobres y a la Iglesia. Creo que averiguaremos más pronto que tarde cuáles son los planes de Dios y lo que debemos hacer para mantenernos fieles a ellos".

En el ambiente también siguen resonando las voces que piden el nombramiento de un papa procedente de América Latina, cuya población es mayoritariamente católica, un 62,4%. "Nadie pensaba hace 26 años que habría un papa polaco y Dios nos lo dio. Ahora lo que yo veo es una gran apertura hacia el Tercer Mundo y el día llegará para un papa latinoamericano o africano", ha opinado el cardenal chileno Francisco Javier Errazuriz.

El teólogo y analista de la Asociación Juan XXIII Enrique Miret Magdalena es también de la opinión de que el nuevo pontífice provenga de esa región. "Estaría muy bien que el próximo papa venga de Latinoamérica: no olvidemos que la mitad de los católicos del mundo están allí".

Los líderes de otras religiones del mundo que tuvieron cercanía con Juan Pablo II han opinado que el nuevo Pontífice debe seguir el camino trazado por éste. El patriarca de la Iglesia rusa ortodoxa, Alejo II, ha dicho: "Espero que el nuevo periodo de la Iglesia católica ayude a renovar las relaciones de respeto y amor fraternal entre nuestras iglesias".

El rabino Marvin Hier, decano del centro Simon Wiesenthal, aseguró: "Juan Pablo II no sólo reconoció el Estado de Israel, sino que también oró en el Muro de las Lamentaciones y por eso la esperanza que tenemos es que su sucesor respete ese legado".

El desarrollo del Concilio Vaticano II es también otro de los retos que deberá afrontar el próximo papa, de acuerdo con la opinión de Josep Ignasi Sarany Ana, profesor de Teología de la Universidad de Navarra y miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas: "El próximo pontífice debe dedicarse a la plena recepción y aplicación del Concilio Vaticano II, que está todavía pendiente. Muchos no han comprendido la revolución teológica que éste ha supuesto".