"Su cortometraje, gracias"
'Snuff 2000', del bilbaíno Borja Crespo, es el primer corto que se distribuye en máquinas de tabaco
Una de las principales, y tradicionales, quejas de cuantos andan metidos en la realización de cortometrajes es la dificultad para hacer llegar su obra al público. Las oportunidades de exhibición no abundan, ya que aún es extraño incluso contemplarlos en salas comerciales como aperitivo antes de un largometraje. Los aficionados tienen que conformarse, la mayoría de las veces, con bajárselos de Internet o con rastrear la agenda cultural en busca de jornadas específicas, como La noche más corta.
Pero Ciclo, una empresa gallega que ofrece asesoramiento cultural y diseño multimedia, ha decidido tratar de romper ese halo de excepcionalidad que tiene hoy día la contemplación de un corto ideando su distribución, tan sencilla como novedosa, a través de máquinas expendedoras de tabaco. Desde el pasado mes de marzo uno ya puede introducir dos euros en la instalada en el Café Macondo de A Coruña y recibir a cambio, en formato minicedé, del tamaño de una tarjeta de crédito y reproducible en DVD y ordenadores, Snuff 2000. Esta cinta, filmada por el bilbaíno Borja Crespo y basada en una historieta del dibujante leonés Miguel Ángel Martín, es el primer título disponible gracias a esta iniciativa bautizada Snuff-matic.
Crespo define su trabajo como "un cruce entre La naranja mecánica y Los Teletubbies"
"Es un corto muy interesante, se aprecia que hay una gran producción detrás, y para nosotros es importante poder ofrecer un trabajo completamente profesional en máquinas de tabaco", justifica Johnnie Estrella, impulsor de una fórmula que asegura que ha tenido "mucho éxito, una acogida espectacular". Sin ir más lejos, los primeros 60 ejemplares cargados se agotaran el primer día, y las negociaciones establecidas parecen indicar que Snuff 2000, y otros títulos, estarán disponibles este mes en las principales capitales de provincia.
Por su parte, Crespo supone que se ha escogido Snuff 2000 "por la temática, que puede llamar la atención de gente que, a priori, no conoce la obra". Asimismo, considera que es un trabajo que puede atraer a un público amplio de cine y de cómic, a seguidores de Martín, un dibujante conocido internacionalmente, y a muchos curiosos que, simplemente por el título, "quieren descubrir algo más".
Según el director, su obra "despierta filias y fobias" y es "un corto diferente, sin una historia típica con principio y final, que apuesta por una estética innovadora y un planteamiento políticamente incorrecto muy necesario en los tiempos que corren". "Empieza mostrando a dos enmascarados que se dedican a filmar películas snuff como quien juega al golf, sirve copas en un bar o trabaja en la frutería. Para ellos es algo normal, pero no existirían si no existieran los espectadores. A partir de ahí jugamos con el espectador y hay un choque entre fondo y forma", explica.
A Borja Crespo le gusta presentar su cortometraje, estrenado en 2002 en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, y con Nacho Vigalondo entre sus actores, como "un cruce entre La naranja mecánica y Los Teletubbies" en el que no se ve ni una gota de sangre. Asimismo, concibe la iniciativa de Ciclo como "un nuevo canal de distribución muy interesante y que el mundo del cortometraje necesita, ya que cualquier iniciativa en este sentido es indispensable y hay que apoyarla".
A la hora de analizar la situación actual del mundo el corto, el realizador vasco sólo acierta a decir que se encuentra en "un momento raro". "Con el auge del digital todo el mundo puede coger una cámara, liarse la manta a la cabeza y expulsar sus monstruos en forma de historias. Es como el punk a la música, pero a más material circulando, más cosas terribles pueden verse. Si de algo podemos quejarnos es de que hay una falta de originalidad sorprendente, no hay cosas nuevas, ni se apuesta por la experimentación, cuando el corto es un formato que invita a ello", concluye a modo de crítica.
En la actualidad, los proyectos se amontonan sobre la mesa de Borja Crespo, quien está "dando cuerpo" a la productora Arsénico junto a Koldo Serra, Borja Cobeaga, Nacho Vigalondo y Nahikari Ipiña. Este mes colaborará en Choque, el nuevo corto de Vigalondo, y ya perfila la programación del Festival Internacional de Cine de Peñíscola, del que es director. Además, en verano participará en el primer largometraje de Serra y también prepara su primer largo, basado en la serie Rubber flesh, de Miguel Ángel Martín.
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