Los orígenes del cristianismo

El cristianismo, a lo largo de su historia, ha presentado a Jesús de Nazaret como adversario y enemigo del judaísmo y ha responsabilizado de su ejecución a los judíos, a quienes acusó de deicidas. Más aún, una de las características del cristianismo ha sido precisamente su ciego y contumaz antijudaísmo. Desde hace varias décadas, empero, este planteamiento carece de todo fundamento debido a las rigurosas investigaciones llevadas a cabo por investigadores y exégetas judíos, cristianos y laicos, que reubican a Jesús en la tradición cultural y religiosa judía, de la que fue desubicado muy pronto por el cristianismo, religión nacida del judaísmo.

Entre estos investigadores destaca Ed Parish Sanders, protestante liberal moderno y secularizado que está comprometido en liberar a la historia y a la exégesis del control de la teología, catedrático de Religión en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y especialista en el estudio del judaísmo antiguo y de los orígenes del cristianismo. Jesús y el judaísmo es una de las obras pioneras de la reubicación de Jesús en el judaísmo, iniciada hace 30 años, publicada en 1985 y traducida ahora al castellano.El estudio se centra en la relación de Jesús de Nazaret con sus contemporáneos en el marco del judaísmo, cuestión que remite a otras dos: la causa de su muerte y el impulso que lleva al nacimiento del cristianismo.

El investigador judío Klausner se preguntaba ya a principios del siglo XX cómo pudo vivir Jesús de Nazaret plenamente dentro del judaísmo y, al mismo tiempo, iniciar un movimiento separado de él. Se trata de una cuestión en la que los investigadores mantienen posturas radicalmente encontradas: desde quienes sitúan a Jesús por encima, e incluso en contra, del judaísmo de su tiempo, considerado decadente, legalista y sin la vitalidad del judaísmo profético de épocas anteriores, hasta los que lo colocan plenamente dentro del judaísmo y consideran a Pablo el verdadero fundador del cristianismo.

Sanders analiza críticamente la literatura precedente en torno al Jesús histórico y sitúa a Jesús en el horizonte de la llamada escatología general de la restauración judía. "Sacar a Jesús fuera de este marco", asevera, "sería un acto de violencia histórica". Los hechos más seguros de los evangelios sobre Jesús de Nazaret lo presentan como restaurador de Israel. Así lo demuestra su relación con Juan Bautista, la llamada a los Doce y la esperanza de la reconstrucción del Templo. En contra de los que defienden el antilegalismo judío de Jesús, Sanders considera como dato "cierto o prácticamente cierto" que no se opuso a la Ley de manera explícita, en concreto a las normas relativas al sábado o a los alimentos. Nada hace pensar, a su juicio, que fuera un rebelde insurgente, ni una amenaza seria para el gobierno judío y, menos aún, para el Imperio romano. Lo que sobrevivió a Jesús fue un movimiento mesiánico judío "ortodoxo", escrupuloso en el cumplimiento de la Ley, que esperaba la llegada inminente del reino de Dios y que cambió su perspectiva en relación con la ley por las presiones de algunos apóstoles como Pablo y los helenistas. En lo fundamental hay una conexión, una continuidad histórica, entre Jesús y el grupo que le sucedió.

La publicación de esta obra en castellano contribuirá a mantener vivo el debate en torno a la reconstrucción histórica de Jesús de Nazaret que, a pesar de los avances en las investigaciones, seguirá siendo un enigma.