Repetición de una infamia
Soy Rafael Vera Esquiva, el hijo de Rafael Vera Fernández-Huidobro. Sí, el "terrorista de Estado", el "saqueador de los fondos reservados" y tantas otras calumnias, injurias y barbaridades que se han dicho sobre mi padre. Y desgraciadamente yo sí creo tener respuesta a la pregunta que se hacía Alejandra Huarte Lorenzo, en una carta publicada en esta misma sección el pasado viernes 25 de marzo: "¿Qué está pasando?". ¡Lo de siempre! Lo que ya pasó con mi padre y creo seguirá pasando con el tuyo, Fernando Huarte Santamaría. Que a la cobardía de unos y a la hipocresía de otros se une el miedo de una mayoría para acabar cargando los "muertos" en los más dignos y honestos. Y esto podría resultar penoso si no fuera porque, al ser nuestros padres los afectados, resulta doloroso y humillante.
Desde el mismo periódico que ahora saca a pasear el nombre de tu padre (disculpa la expresión, pero estoy de acuerdo contigo en que esto parece un circo), se realizaron contra el mío veladas acusaciones de implicación en el terrible atentado del 11-M. No obstante, en mi caso, éste no deja de ser, hasta la fecha, el último capítulo de una persecución que dura ya más de diez años.
¿Cómo no estar de acuerdo contigo cuando hablas del asombro, indignación, confusión y miedo de tu familia y de lo difícil que a partir de ese momento es llevar una vida normal? Cualquier comentario, cualquier mirada, cualquier cosa aparentemente normal en tu vida, pasa a convertirse en una pesadilla contínua: ¿creerá la gente todo lo que se dice sobre mi padre?
Afortunadamente en tu caso, el secretario de organización del PSOE ha salido defendiendo a tu padre, al pedir al Gobierno que dé a conocer el contenido de unas conversaciones convertidas por algunos "iluminados" en la "explicación última del 11-M" y señalar a la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso como el foro adecuado para conocer sobre las mismas. Espero y deseo que esta actitud de defensa se mantenga y fortalezca con el paso de los días. Desgraciadamente en mi caso, con la honrosa excepción de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, nadie de la actual Ejecutiva del PSOE ha salido a dar la cara por mi padre cuando ha sido relacionado con el 11-M. Y si bien esto duele, mi dolor va mucho más allá. Permíteme que te cuente. Nunca, ni ahora ni antes, ni con el PSOE ni con el PP, he visto a la clase política solicitar de ningún Gobierno la posibilidad de que mi padre pudiera explicar ante la mencionada comisión el uso que de los fondos reservados se realizó durante los años en que estuvo en el Ministerio del Interior y que, como consecuencia del compromiso adquirido por él con el país y consigo mismo, nunca ha hecho público, llevándole a la injusta situación por la que ahora atraviesa.
Francamente, Alejandra, como tú, yo también estoy orgulloso de mi padre. Es lo que debemos hacer. Déjame tan sólo decirte una última cosa: resiste. Resistir es vencer.
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