Estatuas
Mientras en Madrid se retira la última estatua del fascista Franco, en Euskadi se lleva al extremo el pensamiento de otro retrógado como Sabino Arana. Aquí, el etnicismo aprieta el acelerador. La consejera Iztueta insulta a unos profesores a los que una política lingüística desquiciada pretende meter en el gueto y no aplica el cuento a políticos y afiliados de los partidos nacionalistas. Mientras, el Gobierno vasco defiende que una candidatura como Aukera Guztiak, surgida de no se sabe dónde, pueda presentarse sin rechazar de forma inequívoca el terrorismo ni abjurar de ETA.
¿Se conculcan derechos civiles? Pensaba yo que sí, pero tenemos a Aralar, un partido independentista que se desmarcó de ETA hace tiempo, aunque los medios públicos vascos y otros como Deia no les dan ni agua. Si además la grabación del fiscal demuestra que AG ha surgido del entorno etarra, no hay dudas.
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