La causa árabe frente al terrorismo etarra
Fernando Huarte, militante socialista, conversó en tres ocasiones con el argelino Abdelkrim Bensmail en la cárcel de Villabona. En los dos primeros contactos con Bensmail, marzo y abril de 2002, el preso argelino estaba cumpliendo condena por pertenencia a banda armada (GIA), tras su detención en Valencia.
De esas dos conversaciones, grabadas por tratarse de un preso condenado por terrorismo, no queda rastro pues las autoridades de Instituciones Penitenciarias, dependientes del ministerio del Interior, consideraron que carecían de relevancia para la investigación policial y no las conservaron.
Los contactos, según Huarte, se mantuvieron a iniciativa del preso, que contactó, poco después de llegar a la cárcel, con la Asociación Nacional Amigos del Pueblo Palestino, que presidía el militante socialista. Huarte facilitó al recluso la salida de prisión para acudir al dentista.
La tercera visita de Huarte a la cárcel se produjo el 8 de octubre de 2004, siete meses después del atentado del 11-M y más de dos años después de la última conversación cara a cara entre el militante socialista y el terrorista argelino. En ese intervalo de tiempo, tan sólo hubo un contacto entre ambos a través de una carta.
Por esas fechas, ya se conocía que uno de los supuestos autores del atentado era el argelino Allekema Lamari y que éste era amigo de Bensmail, junto al que fue detenido en Valencia en 1997 por pertenencia a banda armada.
Sólo siete días después de la visita de Huarte a la cárcel, Interior hacía públicas unas pruebas de ADN que confirmaban la sospecha de que el séptimo suicida de Leganés era Allekema Lamari. Sólo 11 días después de la visita de Huarte a Bensmail, el preso es detenido por el juez Garzón dentro de la Operación Nova como integrante de una célula terrorista, formada en la cárcel, que planeaba un atentado contra la Audiencia Nacional.
En la conversación del 8 de octubre de 2004 entre Huarte y Bensmail, se trataron cuestiones relacionadas con el terrorismo pero sin citar en ningún caso el atentado del 11-M, según fuentes conocedoras del encuentro.
Huarte le habló a Bensmail de sus dificultades cuando viajó a Israel, del control al que fue sometido por las fuerzas de seguridad de ese país. Bensmail mostró su apoyo a los atentados de ETA. Huarte rechazó el terrorismo de ETA y comentó con Bensmail que se podían considerar terrorismo las represalias que el Gobierno de Israel tomaba contra el pueblo palestino. Huarte se mostró en todo momento a favor de la causa árabe.
También trataron de cuestiones menores, como la calidad de los dátiles. Huarte contó al preso en qué país había comido los mejores dátiles.
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