El coleccionista Pierre Borhan revela en Barcelona su pasión por la fotografía

"Yo no sería nadie sin los fotógrafos, sin las personas que me han hecho descubrir la fotografía, sin los comisarios, sin los editores, los aficionados...". El francés Pierre Bonhomme, que acostumbra a utilizar el seudónimo de Pierre Borhan, explica así su pasión por la fotografía, que le ha llevado a reunir una importante colección, parte de la cual se exhibe hasta el 4 de junio en la Fundación Foto Colectània de Barcelona. La exposición reúne unas ochenta imágenes, en gran parte retratos, de autores como Brassaï, Avedon, Bill Brandt, Cartier-Bresson, Kerstész o Josef Sudek.

Crítico, comisario de exposiciones y promotor de revistas, Pierre Borhan fue director durante 15 años de la Mission du Patrimoine Photographique de Francia y ha conocido a muchos de los grandes fotógrafos contemporáneos. Ésta es la primera vez que Borhan accede a mostrar su colección, y él mismo ha ejercido de comisario. Ha elegido hacerlo en Foto Colectània (calle de Julián Romea, 6, D2. Barcelona) por su especial relación con Barcelona y porque admira la labor de difusión de la fotografía realizada por la fundación, esforzada especialmente en promover el coleccionismo fotográfico.

Pero él no se considera un coleccionista, sino "un apasionado de la fotografía" que llegó a ella por casualidad, al asistir como turista a los encuentros profesionales de Arlés de 1977, y aunque siempre la ha abordado desde el punto de vista teórico, sintió por ella "un auténtico flechazo". De ahí el título que ha elegido para presentar su colección, Pas moi sans eux, una expresión francesa sin una equivalencia unívoca en español.

"He construido una colección a partir de fotografías que amo", explica. "Muchas pertenecen a personas a las que he conocido y tratado, con las que he hecho libros o artículos. Ver la colección reunida en una exposición ha sido muy aleccionador, me ha permitido darme cuenta de mi visión y mi evolución". Asegura Borhan que junto a las obras de autores reconocidos acumula otras de fotógrafos no consagrados. "Creo que la colección se corresponde bien con mi forma de ser", destaca, y llama la atención sobre la presencia casi constante de la figura humana en la mayoría de las imágenes, incluso en paisajes desolados e inhóspitos, como el de ese hombre con sombrero bajo una feroz tormenta fotografiado por René-Jacques en El hombre de la noche o el que camina por un Nueva York helado en una imagen de Kerstész.

El retrato tiene un lugar destacado en la exposición, y en este capítulo destaca una serie misteriosa e inquietante firmada por Marc Trivier y dedicada a artistas y escritores como Samuel Beckett, William Barroughs, Andy Warhol, Robert Frank, André Masson, Jean Genet o Maria Elena Vieira da Silva. Entre los rostros conocidos que figuran en los fondos recopilados por Borhan están sendos retratos de Pablo Picasso realizados por André Villars y Bill Brandt, el rostro medio en sombra del dramaturgo Louis Jouvet visto por Irving Penn o el pintor Francis Bacon en un atardecer brumoso retratado también por Brandt. Junto a ellos, personajes anónimos en situaciones cotidianas, estilizadas por el ojo del fotógrafo, de las que Borhan se ha ido enamorando a lo largo de los años, hasta satisfacer el deseo de poseerlas.