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El Senado italiano aprueba una amplia reforma federalista

Los fiscales de Milán preparan un nuevo procesamiento de Berlusconi por corrupción

Enric González

El Senado italiano aprobó ayer de forma definitiva una reforma constitucional que refuerza el poder del presidente del Gobierno y concede una amplia autonomía administrativa a las regiones. Fue una jornada de éxito para Silvio Berlusconi y para sus aliados de la Liga Norte, empañada por el anuncio de una nueva acusación judicial: los fiscales de Milán preparan el encausamiento de Berlusconi por "corrupción de acto judicial" y "falso testimonio", dentro de un proceso por presuntos fraudes en la empresa Mediaset.

Para entrar definitivamente en vigor, a la reforma "federalista" de la Constitución italiana sólo le faltan dos rápidas votaciones en ambas Cámaras del Parlamento, sin debates y sin posibilidad de modificar el texto, y un más que probable referéndum.

La oposición, que se negó a participar en la última y trascendental votación de ayer y abandonó el Senado para manifestarse en las calles, con banderas nacionales, contra lo que consideran "una chapuza peligrosísima", tenía previsto exigir la celebración de un referéndum antes de las elecciones generales fijadas para la primavera del año 2006.

El dirigente de la izquierda Romano Prodi afirmó que los cambios en la Constitución responden a "un chantaje de la Liga Norte" y erosionan los poderes "del presidente de la República, del Parlamento, del Tribunal Constitucional y de la Magistratura" en beneficio del poder del presidente del Gobierno. Silvio Berlusconi aseguró que la reforma supone "una modernización" y expresó su intención de demorar la convocatoria del referéndum hasta finales del año próximo, "para tener tiempo de explicar a los italianos la bondad" de lo aprobado en el Senado.

Pese a que sus parlamentarios se daban abrazos en la Cámara alta y proferían gritos de júbilo, Berlusconi, recién retornado de Bruselas, exhibía un semblante oscuro. La Fiscalía de Milán, que investiga desde hace meses las cuentas de Mediaset, la corporación televisiva de Berlusconi, y ya le había imputado por presunto fraude fiscal, apropiación indebida agravada y falsificación de balances, filtró a la prensa que preparaba dos nuevos cargos contra el jefe del Gobierno: corrupción de acto judicial y falso testimonio.

Abogado británico

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Los fiscales milaneses consideran que el abogado británico David Mills, creador de la red empresarial de Berlusconi en diversos paraísos fiscales (e, incidentalmente, marido de Tessa Jowell, ministra de Cultura del Reino Unido), fue presionado por el presidente del Gobierno italiano y obligado a mentir en su declaración como imputado. Mills empezó cooperando con los fiscales y sus dos primeras declaraciones resultaron incriminatorias para Berlusconi; en la tercera, sin embargo, alteró de forma sustancial su versión de los hechos y exoneró de responsabilidades al propietario de Mediaset. El enésimo juicio contra Berlusconi podría iniciarse antes de fin de año, a pocos meses de las elecciones generales.

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