Amarga vuelta a casa

"Hemos entregado lo mejor de nosotros, incluso la vida de uno de los nuestros", dijo el capitán de navío Antonio Hernández Palacios, jefe del contingente español en Indonesia, en una sencilla ceremonia de despedida celebrada ayer a bordo del buque Galicia, fondeado a menos de tres millas de la ciudad de Banda Aceh, devastada por el maremoto del pasado 26 de diciembre.

La muerte del sargento primero Juan Justo Jesús Picallo Martínez, de 37 años, el pasado martes mientras buceaba junto al casco del buque realizando labores de limpieza, ha teñido de amargura los últimos días de los 530 militares enviados a la isla de Sumatra y ha demostrado que ninguna misión, ni siquiera ésta, exclusivamente humanitaria y sin armas, está exenta de riesgos.

"Hemos dado lo mejor, incluso la vida de uno de los nuestros", dice el jefe de la agrupación

Esta mañana, mientras se ultima al repliegue de las tropas, el ministro de Defensa, José Bono, tiene previsto acudir en Ferrol (A Coruña) a un funeral en memoria del primer miembro de las Fuerzas Armadas que fallece en una operación en el exterior desde que gobierna el PSOE.

La ceremonia de ayer, a la que acudieron el embajador español en Yakarta, Dámaso de Lario, y varias autoridades indonesias, sirvió para dar oficialmente por finalizada la tarea. Es el momento, por tanto, de hacer balance de la Operación Respuesta Solidaria.

A lo largo de seis semanas, se han distribuido 515.000 litros de agua -la mayoría procedentes de la potabilizadora del barco- y 160 toneladas de ayuda humanitaria; 2.800 personas (el 51% mujeres y el 12% niños menores de cinco años) han sido atendidas por el personal médico y sanitario en campos de desplazados y en el hospital del buque; los tres helicópteros Augusta Bell 212 embarcados en el Galicia han realizado más de 320 vuelos; 107.000 metros cuadrados de terreno han sido acondicionados y más de 12.000 metros cúbicos de escombros y lodos retirados. Ayer por la mañana, el embajador español descubrió una placa conmemorativa en el colegio Sekolah Menengan Atas 4, que ha sido rehabilitado por el contingente, al igual que el centro de formación profesional de Banda Aceh, la mezquita de Mohammad Daud, un helipuerto o el hospital provincial; así como vías de comunicación, tendidos eléctricos y pozos.

El Galicia tenía previsto dirigirse ayer al puerto de Lhoksemawe, al noroeste de la isla, para embarcar allí la maquinaria pesada de la unidad de Ingenieros, según informa Efe. Será el próximo jueves cuando zarpe de regreso a España, cumpliendo así las indicaciones de las autoridades indonesias. "La operación realizada bajo este acuerdo temporal terminará el 26 de marzo de 2005", señalaba el canje de notas entre los gobiernos de España e Indonesia del pasado 3 de febrero, que el BOE publicó ayer. "La operación de ayuda de emergencia [...] respetará la soberanía, integridad territorial, unidad nacional e independencia política de la República de Indonesia", decía el artículo 1 del acuerdo, reflejando el recelo de Yakarta ante la presencia de ejércitos extranjeros en un zona donde actúa una guerrilla separatista.

Las tropas españolas serán de las últimas en irse. Ayer, en su despedida, había militares mejicanos, que también se marcharán en breve, como han hecho ya la mayoría de países. Tras una escala en Kuala Lumpur para cargar víveres, el Galicia llegará a España a finales de abril, culminando el periplo que inició el 15 de enero en Alicante, donde fue despedido por los príncipes de Asturias.