Pakistán musulmán
La llegada a España de una película procedente de una cinematografía ajena a las que habitualmente pueblan nuestras salas siempre es bienvenida. Y más si ésta trata un tema tan candente como la radicalización religiosa. El silencio del agua, primer largo de ficción de una documentalista paquistaní llamada Sabiha Sumar, viene avalada además por cinco premios (incluido el Leopardo de Oro a la mejor película) en el Festival de Locarno.
Ambientada en 1979, justo después del golpe de Estado militar del general Zia Ul-Haq (que posteriormente convertiría Pakistán en un Estado musulmán con el Corán como ley suprema), El silencio del agua narra con verosimilitud y pasión el proceso vital de un joven aparentemente moderno y progresista (aunque un tanto vividor y con cierta falta de personalidad) que, poco a poco, va dando entrada en su mente y en sus actitudes al radicalismo religioso. De este modo, la directora va oscureciendo su inicialmente colorista y vitalista historia (con algún momento digno de los musicales del Bollywood indio) y, al tiempo que desarrolla los profundos cambios del protagonista, cuenta el devenir de un país centrando su mirada en el pueblo.
EL SILENCIO DEL AGUA
Dirección: Sabiha Sumar. Intérpretes: Kirron Kher, Aamir Malik, Arshad Mahmud, Shilpa Shukla. Género: drama. Pakistán-Francia, 2003. Duración: 99 minutos.
Sumar denuncia el arrinconamiento de la mujer, huye del esquematismo (aunque en algún momento no lo consigue del todo) y se atreve incluso a utilizar el sentido del humor para demostrar la intolerancia y la perniciosa ausencia de derechos básicos en la ciudadanía. Por lo que El silencio del agua adquiere relevancia histórica mientras ahonda en un drama personal.