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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Más sobre Ryanair

Tras el magnífico reportaje publicado sobre la compañía Ryanair en Granada, les amplío datos de esta empresa.

La compañía de bajo coste Ryanair, que acaba de comenzar a operar en el aeropuerto de Almería con destino a Londres, deniega a los pasajeros la posibilidad legal de ejercer su derecho de modificación en los vuelos reservados vía Internet mediante el canje por bono, a pesar de que la propia empresa cambia a su conveniencia sus horarios y lo notifica en inglés ¡por correo electrónico!

Sin embargo, la compañía se cuida de que los cambios en las salidas y llegadas de Almería o Londres no sean superiores a las tres horas (sino de dos horas cuarenta y cinco minutos, por ejemplo), dado que ése es el tope a partir del cual sí permite solicitar una compensación para otra fecha.

La aceptación de los cambios debe ser inexcusablemente asumida por el pasajero pinchando en un enlace web (en inglés) y en caso de desacuerdo, debe llamar a un teléfono que empieza por 80, cuya tarifa es la más elevada de las existentes en el marcado, en el que nunca contestan y, además, conectan a un fax. De este modo, la comunicación con la compañía es sencillamente imposible porque incluso, en ese mismo e-mail, te exigen que no se envíe ninguna comunicación a esa dirección.

De forma claramente confusa, en la web se ofrece -previo pago de una tasa, de la que durante meses no se informaba de la cuantía- la posibilidad de cambio de nombre de pasajero o de fecha de vuelo. La sorpresa es mayúscula cuando, tras superar todas las fases, dicha tasa es de 60 euros por persona en ida y vuelta.

La opción de gestionar un cambio en la ventanilla de la compañía en el aeropuerto de Almería puede salir también caro puesto que en ella no figura en el exterior el horario de apertura al público. Hasta siete viajes nos ha costado encontrar en ella personal de Ryanair, cuya política de atención al cliente es deficiente, con argumentos cómo "¿Quién pone las normas, el pasajero o nosotros?". Evidentemente, se le respondió que la normativa vigente y se denunció el caso en la Junta de Andalucía.

Amparándose en el principal argumento de su estrategia comercial, la de los vuelos económicos, Ryanair utiliza este arma para denegar los cambios y, lo que es más grave, el derecho a cualquier petición que otras compañías asumen y la ley permite. Su argumento no tiene desperdicio: "No reclame en el libro de Consumo porque no sirve para nada y no se queje, que los vuelos son muy baratos. Eso es lo que hay".

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