Alumnos inmigrantes y profesores

Quiero destacar el gran esfuerzo que está haciendo el profesorado en la formación de los alumnos inmigrantes. Me refiero muy en especial al enseñante de la red pública que recibe a los alumnos extranjeros en mayor proporción que la privada. En esta ingente tarea el docente es el que más está sufriendo. Nosotros tenemos que enseñar el idioma a los niños que llegan de Marruecos, Rumania, Bulgaria, Croacia... sin saber una palabra de español. Debemos iniciarles en la lectura de una lengua extraña, así como darles los primeros rudimentos de nuestra cultura y costumbres.

Estos niños se "integran" en las aulas de infantil y primaria desde el primer día junto a sus compañeros de la misma edad al margen de sus desconocimientos, lo que convierte las clases en aulas "unitarias" con muy dispares niveles que atender a la vez, como ocurría en los pueblos de los años sesenta antes de la extensión de las escuelas graduadas por niveles de conocimiento y edad.

En bastantes colegios públicos los emigrantes superan el 50% de los alumnos de la clase, a lo que hay que sumar la diversidad de otras minorías que también se concentran allí. En los últimos años el trabajo se ha triplicado. El profesor se enfrenta a una ingente responsabilidad añadida para la que nadie le ha preparado, ni le proporciona material especial. Al tiempo que hace de profesor de compensatoria y de lengua extranjera, ha de seguir atendiendo al resto de la clase, lo que desemboca en situaciones de agotamiento por estrés. ¿Cómo compensar la sobrecarga que soportan los profesores en la educación de los inmigrantes.