"Olvidaremos a los que echaron la sal de la infamia sobre la herida abierta" el 11-M
Las primeras palabras del líder socialista fueron para recordar a las víctimas del 11 de marzo. "Fue un día de luto para España, un día de luto para la humanidad". Los españoles no olvidarán a las víctimas, no olvidarán su dolor; no olvidarán el sufrimiento de quienes las amaban. "Y las amarán mientras vivan y nos demandan que les demos apoyo y estemos más cerca; debemos hacerlo", señaló Zapatero. De inmediato elogió el comportamiento de los ciudadanos a pesar de tal mazazo. "Los españoles mantuvimos nuestros valores; hemos respondido con justicia, no con venganza".
Pero a continuación cambió el tono, se tornó duro, y contrapuso lo que sí hay que olvidar de esos días. "Olvidaremos, sin embargo, a quienes echaron la sal de la infamia sobre la herida abierta; olvidaremos a quienes insinuaron cobardía, desistimiento donde hubo resistencia y valor ejemplar; los olvidaremos a ellos y nos olvidaremos de sus palabras para siempre". Y continuó: "Nuestra memoria la reservamos para las cosas nobles y hermosas que nos unen, que nos hacen avanzar en los peores momentos y que producen admiración en otros pueblos".
Linchamiento político
En el apartado de Seguridad, el líder socialista dio cuenta del incremento de miembros de Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado. "Se ha tratado de atender mejor a las víctimas y se ha reafirmado la vigencia del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo". En este capítulo citó a Gregorio Peces-Barba, para decir por primera vez en alto lo que pensaba de los ataques que recibe. "La creación del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo busca contribuir a armonizar la acción de las distintas Administraciones, mejorar la legislación y proveer los medios para proporcionar una asistencia más integral a las víctimas. El linchamiento político al que viene estando sometido es una forma nueva y repulsiva de tratar de utilizar el terrorismo en la lucha partidaria".
Pero en las cinco horas del comité federal, el tono no fue de acritud sino bastante sereno, según asistentes a la reunión. Además, Zapatero no olvidó repartir premios entre algunos de sus miembros para infundirles ánimo. Por ejemplo, alabó la labor del Partido Socialista de Madrid (PSM) y a su líder, Rafael Simancas, ya que, a juicio de Zapatero, el PP ha escogido Madrid como punto de enfrentamiento con el Gobierno central.
Pero otros que están en la oposición pidieron "solidaridad" a todo el PSOE. Lo hizo el secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, quien recordó que con gran quebranto aceptó la derogación del Plan Hidrológico. Ahora espera medidas del Gobierno. Por Castilla-La Mancha, su presidente, José María Barreda, respondió que la solución para Valencia y Murcia no puede ser el agua del Tajo, porque la necesitan los castellano-manchegos.
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