Invitación al voyeurismo

Rosa Calderón es autora, directora, intérprete y responsable de vestuario de Bárbara, un monólogo musical que su propia compañía representa este fin de semana en Elorrio y Basauri. La función de hoy supondrá el estreno en Euskadi del montaje, que recupera la imagen de la femme fatale y la estética de los años cincuenta y brinda a la actriz madrileña, aunque afincada en Sevilla, la oportunidad de cantar en vivo temas como My way y Resistiré. Drogas, cárceles, sexo, amor y éxito constituyen la temática de lo que Calderón presenta como un musical "canalla". En su opinión, Bárbara es una invitación a una peculiar suerte de voyeurismo, la "contemplación del interior de una persona".

También llega por primera vez a Euskadi Homenaje a los malditos, de La Zaranda, Teatro Inestable de Andalucía La Baja. Su director, Paco de la Zaranda, anuncia un montaje construido alrededor de "la voz del que nunca tuvo oportunidad de decir nada, o no fue escuchado", con textos de Eusebio Calonge. La compañía jerezana subraya que, en los homenajes, en ocasiones cobran más protagonismo las autoridades que los propios agasajados.

El Getxo Antzokia acoge el estreno absoluto de Palascarra y un camino, primera creación de la compañía local Ékoma, una tragicomedia que transcurre en un tren y plantea la necesidad de escoger caminos a lo largo de la existencia. Mientras, la compañía Lucas Cranach representará en La Fundición 2004 (tres retratos, tres paisajes, una naturaleza muerta). Este es el título que ha puesto el dramaturgo, director y actor Carlos Marquerie, fundador en 1977 de La Tartana Teatro, a una producción que se estrena en Euskadi y que, combinando interpretación y pintura, evoca imágenes remotas y contemporáneas que reviven impactos como la Guerra Civil, la guerra de Irak, el conflicto palestino y el 11-M.

El canadiense Robert Lepage dirige a Nuria Espert en La Celestina, de Fernando de Rojas, que permanecerá nueve días en la cartelera del Arriaga. Su lectura se ciñe a la versión realizada por el poeta canadiense Michael Garneau. "Su adaptación subraya los aspectos más actuales de la obra, estableciendo un paralelismo entre la circulación de ideas del siglo XV, y el caos moral y la efervescencia de culturas que hay actualmente", señala Lepage, para quien no se trata de "quitarle el polvo a la Celestina, sino de encontrar resonancias contemporáneas".

El Teatro Ayala vuelve a abrir sus puertas para acoger cuatro representaciones de Dirty Dancing en concierto, adaptación del largometraje protagonizado por Patrick Swayze en la que participan diez bailarines, incluida una pareja campeona de Europa de bailes de salón, y el grupo Tennessee. A su vez, el espectáculo de Los Lunnis recala el domingo en San Sebastián con una escenografía austera y las canciones popularizadas entre los niños por los muñecos de Luna Lunera desde el gran escaparate de la televisión. Y en el Zinema Ermua se escucharán las composiciones de Kime, músico guipuzcoano que con su segundo trabajo, Fuego ibérico, pretende estrechar lazos entre España y Portugal, donde hace dos años se dio a conocer con el disco Recordando.

Los ciclos flamencos de Vitoria y Barakaldo prosiguen con la actuación de María Toledo. La cantaora toledana, pese a sus 22 años, lleva más de diez años enfrentándose al público y estará cacompañada del guitarrristas Paco Cortés.

Por otra parte, Canción y danza, de Erkoreka, Fantasía para violonchelo y orquesta, de Usandizaga, Concierto para violonchelo y orquesta en Do mayor, de Haydn, y El mandarín maravilloso, de Bartók, sonarán hoy, por segundo día, en el palacio Euskaduna de Bilbao. Las cuatro obras completan el repertorio que aborda la Orquesta Sinfónica de Bilbao en su noveno concierto de la temporada, dirigida por Gilbert Varga y junto a la chelista argentina Sol Gabetta, quien debuta en Bilbao.

El tiempo herido. De Traspasos Kultur. Teatro Principal de Vitoria. Hoy, 20.30. (8 a 16 euros).