Carod agradece al dirigente popular sus esfuerzos por centrar el partido

El presidente de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, y el líder del PP catalán, Josep Piqué, escenificaron ayer en el Parlamento catalán un nuevo episodio de su peculiar luna de miel. Carod, que asumió el rol de pacificador, se mostró comprensivo con Piqué, a quien agradeció su esfuerzo "por situar al Partido Popular en la normalidad del paisaje político catalán" y añadió que esta formación tiene derecho "a defender sus ideas en el Parlamento catalán y donde sea".

Pese a constatar la "enorme distancia ideológica" que les separa, Piqué dijo coincidir con muchos aspectos de la intervención de Carod, como la necesidad de transparencia en la gestión pública. En ese sentido, Carod exhortó al líder regional del PP a trasladar al Gobierno central las medidas puestas en marcha por la Generalitat sobre transparencia.

El líder republicano celebró la incorporación del PP a los trabajos de reforma del Estatuto pero rechazó que Piqué pueda presentarse como "el maquinista del Estatuto". Los populares "son los últimos que han subido al vagón, en la última estación, cuando el tren estaba en marcha y, sospecho, que sin billete", dijo.

Por eso, le requirió que clarifique si su partido está convencido de la necesidad de esta reforma estatutaria, a lo que Piqué contestó: "Hay muchas cosas que no se podían prever hace 25 años y estamos trabajando en la ponencia con un espíritu positivo y constructivo".

Reconstrucción

Carod no sólo tuvo palabras de elogio para Piqué, con quien ya mantuvo una reunión hace más de una semana que despertó ciertos recelos en algunos sectores del PP. El presidente de ERC aplaudió por igual los gestos del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y del jefe de la oposición, Artur Mas. Una tregua que, a juicio de Carod, permite escapar del "callejón sin salida" en el que se hallaba la política catalana: "Me congratulo de las excusas de Maragall y del retorno de Convergència i Unió a la sensatez", dijo, después de que los nacionalistas anunciaran la retirada de la querella por injurias contra el jefe del Ejecutivo.

Carod se felicitó de que haya "llegado la hora de la reconstrucción", pero advirtió de que antes se requiere una "reflexión autocrítica" por parte de todos los políticos: "Quizá nos hemos equivocado demasiado estos días", admitió. De lo que se trata ahora, argumentó, es de "acelerar las medidas para los afectados del Carmel" y de "rehacer el clima político y los puentes de diálogo". Éste es el camino, señaló, para que los ciudadanos abandonen "la desorientación, el desánimo y la pérdida de confianza"que ha generado la crisis política tras el hundimiento del Carmel y se sientan "orgullosos por las muchas cosas buenas que tiene el país". "Cataluña no es un desastre; tenemos problemas, pero saldremos adelante", auguró.