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La cumbre de Peñíscola busca estrategias colectivas para superar el modelo del empresario individualista

Cierval constata que la situación económica no es peor que hace una década

No hay soluciones mágicas ni recetas universales, pero el centenar largo de patronos de toda la Comunidad Valenciana congregado ayer en el Palacio de Congresos de Peñíscola en la cumbre organizada por Cierval constató que la situación económica a día de hoy no es peor que hace una década, subrayó que a lo largo de los últimos diez años se han creado medio millón de puestos de trabajo y, sobre todo, instituyó un ánimo cooperativo, un interés por compartir estrategias, objetivos y necesidades que pone en jaque el mito del emprendedor individualista, espabilado e independiente que ha caracterizado al empresariado valenciano frente a sus colegas catalanes o vascos, por ejemplo.

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Javier Quesada, catedrático de la Universidad de Valencia vinculado al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicos, recordó ayer en Peñíscola que hace diez años, cuando España intentaba cuadrar las cuentas para incorporarse al sistema monetario europeo, la tasa de paro alcanzaba una cota del 23% en la Comunidad Valenciana, los tipos de interés triplicaban los índices actuales y el precio de la vivienda permanecía estable de un año para otro. Desde entonces, los patronos valencianos han sido capaces de crear medio millón de empleos, la incorporación a la moneda única europea se ha traducido en una caída espectacular de los intereses bancarios y la construcción ha arañado de forma sostenida puntos de participación en la riqueza regional de los valencianos.

El crecimiento de años pasados, sin embargo, no oculta las debilidades que afronta una economía sustentada sobre un recurso "extensivo" a mano de obra poco cualificada, un tejido industrial que de forma mayoritaria ha olvidado incorporar tecnología propia y que sigue compuesto por empresas pequeñas o muy pequeñas incapaces de afrontar con solvencia la competencia que abre la liberalización comercial en todo el mundo.

Quesada, coordinador de las cuatro ponencias que se debatieron ayer en el Palacio de Congresos de Peñíscola, subrayó el carácter revolucionario del encuentro empresarial y el interés demostrado por los patronos por incorporarse al debate.

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Rafael Ferrando, presidente de Cierval e impulsor del debate, ha reiterado la vocación de convertir la cumbre en "un punto de inflexión" para la clase empresarial valenciana. "El carácter práctico del empresario valenciano ha contribuido a su independencia", explicó ayer Quesada, "el objetivo a medio plazo es fomentar la cooperación entre empresarios para consolidar su fuerza como grupo de presión". Quesada ilustró el caso con un ejemplo: "Mientras los empresarios valencianos han sorteado la falta de infraestructuras, por ejemplo, a base de ingenio particular, los vascos o catalanes organizaban comisiones para ir a protestar ante el ministro o quien hiciera falta".

Sebastián Subirats, director del Ainia, el instituto tecnológico de la industria agroalimentaria, que participó en los debates, recordó las dificultades que tienen las empresas valencianas, incluso medianas, para acceder a subvenciones europeas para el fomento de la innovación tecnológica. "Las grandes plataformas tecnológicas de la Unión Europea están constituidas en torno a grandes empresas", comentó Subirats, "y es más cómodo repartir las ayudas en pocos paquetes grandes que entre centenares de pequeños proyectos". La debilidad que apuntó Subirats es tal vez el mayor problema que afronta el tejido industrial valenciano. Y sólo puede salvarse a través de coordinación y cooperación.

No están previstas conclusiones espectaculares de la cumbre empresarial, ni siquiera objetivos que se puedan cifrar. Pero las propuestas aprobadas, de carácter abierto, se revisarán periódicamente para sostener el espíritu participativo y fomentar la cooperación. La apuesta pasa por incorporar hábitos profesionales entre los patronos y ubicar correctamente a los competidores.

Un ambiente sobrio reinó durante toda la tarde en el Palacio de Congresos de Peñíscola. Ni Ferrando ni ningún otro dirigente empresarial quisieron hace comentarios públicos sobre el contenido del debate en las mesas de trabajo. Hoy, que está prevista la asistencia de centenares de empresarios, habrá ocasión de escenificar en público las nuevas estrategias de futuro que plantean los patronos de la Comunidad Valenciana.

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, será testigo de excepción del acto diseñado para definir las necesidades de la clase empresarial valenciana. También está prevista la asistencia del presidente de la CEOE, José María Cuevas, a la clausura del encuentro.

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