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NOTICIAS Y RODAJES

'Omagh' apela a la memoria para evitar atentados atroces

La película abre hoy los III Encuentros de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián

Maribel Marín Yarza

Cuando Michael Gallagher se sentó por primera vez a ver Omagh, de Pete Travis, se reconoció plenamente en el actor Gerard McSorley. El dolor que transmitía desde la gran pantalla era exactamente el mismo que él sintió el 15 de agosto de 1998, el día en que el IRA auténtico mató a su hijo Aiden y a otras 30 personas en un brutal atentado. Y la sed de justicia, idéntica a la que le sobrevino según pasaron los días. "Me sentí plenamente identificado con él", dijo ayer en San Sebastián. Esto es justo lo que perseguía el director de la película: "Quería contar como vivió el atentado una familia de la forma más real posible", explicó. "Si mi película puede contribuir, aunque sea de una forma modesta, a lograr que cosas terribles como ésta no sucedan, me doy por satisfecho".

Gallagher; su esposa, Patsy, y Pete Travis hablaron de Omagh en San Sebastián, porque la película, que se estrenará el 29 de abril en las salas comerciales españolas,

inaugura hoy los III Encuentros de Cine y Derechos Humanos, que se celebran hasta el 18 de marzo en el teatro Principal, y buscan convertir la capital guipuzcoana en referente de la lucha por la paz y de la solidaridad con las víctimas.

Omagh arranca el 15 de agosto, cuando toda Irlanda se prepara para votar en referéndum el Acuerdo de Paz de Viernes Santo. Hace sol y los Gallagher se enfrentan con energía a una jornada rutinaria. Aiden, de 21 años, se despide de su madre y una de sus dos hermanas, trabaja un rato en el taller de coches con su padre y se traslada al centro del pueblo para comprar unos vaqueros. En ese momento, los terroristas hacen estallar un coche bomba y se llevan por delante su vida y la de otras 28 personas. A las familias de las víctimas, católicas y protestantes, inglesas e irlandesas, no les queda más remedio que unirse en el dolor para exigir a la policía y a los gobiernos, con Gallagher como portavoz, una justicia que se les está negando. "Seguimos teniendo esos problemas. Pero si hay algo que queremos resaltar, y es que el grupo sigue teniendo fe en la democracia", asegura.

Ése es uno de los propósitos del director, transmitir "que hay que tener esperanza en que el mundo puede ser un lugar mejor". "Siempre que se hace una película se toman decisiones, no se puede ser imparcial. Y yo, en Omagh aporto mi punto de vista", reconoció este director bregado en televisión, que ha entrado por la puerta grande en el cine -Omagh consiguió el último Premio CICAE a la Mejor Película Europea y el Premio del Jurado al Mejor Guión en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián-. Pero, dicho esto, también dejó claro que quería abordar la historia de la forma más veraz posible. "Hemos tenido que comprimir seis años de historia en apenas dos horas, pero todo lo que se dice en la película es cierto. Invertimos dos años y medio en investigar concienzudamente los hechos antes de comenzar a rodar", explicó. Entre otras cosas, porque los familiares de las víctimas pusieron una condición muy clara para dar su bendición al filme: que fuera lo más ajustado posible a la verdad. "No queríamos que hiciera de nuestro drama un espectáculo de Hollywood para ganar dinero", señaló Gallagher, quien participó en el guión -relatando los hechos y exponiendo sus sentimientos más íntimos-, asistió al rodaje y, ahora, se vuelca en la promoción. "Si Omagh hace que una sola persona que tuviese en mente dedicarse a una actividad terrorista y matar a gente cambie de idea, es ya un éxito".

La película, una producción anglo-irlandesa con McSorley, Michèle Forbes, Stuart Graham, Peter Balance y Pauline Hutton a la cabeza del reparto, abre el debate sobre el terrorismo en unos encuentros en los que se hablará sobre temas como la violencia en las aulas, los niños víctimas de las guerras, la prostitución como forma de explotación... Se proyectarán en total 14 cortos y 12 largos, muchos de ellos premiados en festivales y aún no estrenados en las salas españolas. Por ejemplo, Las tortugas también vuelan, de Bahman Ghobadi, Concha de Oro en San Sebastián; Viento de tierra, de Vicenzo Marra, o Darwin's nightmare, de Hubert Sauper. También se pasarán títulos que no tienen contratada su distribución en España (The fake fayry tale, de David Grieco; Mur, de Simone Bitton, y Or, de Keren Yedaya, entre otras). El festival, estructurado sobre la fórmula clásica de proyecciones y coloquios, tendrá sesiones especiales para el público infantil y juvenil y recorrerá con una exposición de cómics la historia de los Derechos Humanos.

Pete Travis (a la izquierda) y Michael Gallagher, ayer en San Sebastián.
Pete Travis (a la izquierda) y Michael Gallagher, ayer en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ
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