Ofertas... ¿para quién?

Todos los años, para el Día Internacional de la Mujer, felicito o escribo a mis amigas. Pero este año he decidido que lo mejor que podía hacer era escribir esta carta, no sólo para mis amigas, sino para todos los que la quieran leer, yo no soy sexista. Precisamente hoy, en su medio, aparece un titular con la denuncia de CC OO de que el 87% de los anuncios de empleo publicados en Madrid son sexistas. Bravo por la denuncia, pero ¿ahora se dan cuenta?

Hace 14 años, cuando volví a este país después de vivir casi toda mi vida en países anglosajones, me quedé atónita al leer estos anuncios que, sin pudor alguno, especifican el sexo y la edad de los candidatos a empleo. Desgraciadamente, mi experiencia profesional y las reiteradas desigualdades vividas desde entonces me han hecho inmune a ésta y muchas otras cosas.

Hace más de 30 años, en Estados Unidos, ese país del que tanto nos reímos, es absolutamente ilegal plantear de manera tan descarada la desigualdad en el empleo. También es ilegal hacer preguntas personales y sexistas en una entrevista de empleo. Claro que hay desigualdad y sexismo. Allí también el techo de cristal hace muy difícil que las mujeres accedan al poder real. Pero, por lo menos la igualdad está legislada.

Ahora que la Constitución europea que hace tan poco ratificamos explicita esta deseada igualdad, en esta Europa del bienestar y la justicia, ¿cómo es posible que se toleren estas prácticas? Legisladores, ¿en qué mundo viven?, ¿es que no son ustedes capaces de ordenar un mínimo lo que, claramente, la sociedad no hará motu proprio?

No tienen que inventar nada. Emulen algún modelo existente, viajen y aprendan algo de otros sistemas. Por cierto, esto también es aplicable al aparentemente irresoluble tema de la inmigración.

Una última recomendación: como dijo Martín Luther King, no podemos cambiar los corazones de la gente, pero sí podemos legislar sus comportamientos.

Feliz Día de la Mujer a todas y a todos.