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Hezbolá convoca una gran manifestación en Beirut por la permanencia militar siria

La salida de las tropas de Damasco amenaza con reabrir las heridas de la guerra civil libanesa

El anuncio de retirada de las tropas sirias de Líbano amenaza con abrir las viejas heridas de la guerra civil (1975 a 1990). Los partidos de la oposición se manifestarán este mediodía por las calles de Beirut reclamando la salida inmediata de todos los soldados extranjeros, mientras que los partidos gubernamentales, con Hezbolá al frente, lo harán mañana para defender la permanencia de los militares. En medio de este clima tenso se reunirán en las próximas horas en Damasco las cúpulas dirigentes de Siria y Líbano para poner en marcha un repliegue escalonado que podría iniciarse "inmediatamente".

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El discurso del sábado del presidente sirio Bachar el Asad anunciando la retirada gradual de sus tropas de Líbano ha enfrentado a la sociedad y a las organizaciones políticas y religiosas libanesas. Los partidos de la oposición, promotores de la Intifada libanesa, sacarán hoy a las calles de Beirut a sus militantes y simpatizantes para reclamar la salida inmediata de los soldados extranjeros. Los partidos gubernamentales liderados por la organización fundamentalista chií Hezbolá han convocado por su parte otra manifestación el martes al mediodía para defender la permanencia de las tropas y protestar por las presiones internacionales.

El enfrentamiento, en principio callejero y pacífico, ha sobresaltado a la sociedad beirutí, que recuerda aún angustiada los 15 años de guerra civil, desde 1975 a 1990, que sumieron al país en un caos y provocaron miles de muertos. Algunos ciudadanos han empezado a tomar precauciones y, ante la hipótesis de un agravamiento de la situación y posibles cortes de suministro eléctrico, como pasó antaño, se han dedicado en los últimos días a comprar generadores eléctricos y latas de alimentos. Rumores alarmantes hablan incluso de huida de fondos bancarios.

El miedo ha hecho acto de presencia en las calles, donde han vuelto a reaparecer de manera fugaz, pero ostentosa, algunos grupos de milicianos armados. Se han escuchado disparos en el barrio de Achrafie, en el sur de Beirut, pero también en los suburbios del norte de Trípoli. Manifestantes de uno y otro bando tratan de controlar las avenidas, mientras en la capital se encuentran desplegados cerca de 4.000 soldados del Ejército libanés. Las fuerzas custodian las residencias de las autoridades, pero también la sede del Banco Central, las oficinas de los servicios secretos sirios y sobre todo las colinas desde las que se divisa la capital y su aeropuerto. El desasosiego de los beirutíes se acrecentó ayer al mediodía al escuchar las palabras del jeque Hasán Nasralá, el jefe espiritual y político de Hezbolá, la formación política y militar más disciplinada del país, convocando una manifestación en contra de las movilizaciones de la oposición.

Acantonados en la Bekaa

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Hezbolá se ha convertido así en la punta de lanza de los sectores gubernamentales, que defienden a capa y espada a Siria y que reclaman que sus tropas queden acantonadas de manera indefinida en el valle de la Bekaa, en tierra libanesa, sin pasar la frontera, para que puedan volverse a desplegar en cualquier momento.

"Llamamos a todos los libaneses, de todas las confesiones religiosas, a manifestarse ante la sede de Naciones Unidas, en el centro de Beirut, de una manera pacífica, para denunciar las injerencias extranjeras así como la resolución 1.550 de la ONU en la que se ordena a Siria retirar las tropas, además de preservar la paz civil y rechazar la posible firma de un acuerdo de paz con Israel", aseguró ayer Nasralá a la prensa local e internacional en una conferencia de prensa efectuada en un sótano, entre grandes medidas de seguridad, al finalizar una reunión cumbre con 31 representantes de los sectores gubernamentales pro sirios. Nasralá además anunció que su ejército no será desarmado, ya que sus soldados son imprescindibles para la defensa de Líbano.

Pero nada de esto impedirá que los mecanismos del repliegue de las tropas ocupantes se pongan en marcha. Hoy lunes tienen previsto ya reunirse en Damasco los responsables del Consejo Superior Sirio-Libanés, el máximo órgano de coordinación de los dos Estados. El ministro de Defensa libanés, Abdel Rahim Murad, anunció ayer que el repliegue de las tropas sirias podría empezarse al finalizar la reunión del Consejo y afectaría en principio a un contingente de 5.000 soldados, la tercera parte de las tropas extranjeras.

La disposición negociadora de Siria y tal vez el temor a una nueva desestabilización de Líbano llevaron a media tarde de ayer a EE UU a aminorar el tono de su exigencia. "Vamos a mantener la presión [contra Damasco] expresándonos con una voz clara y unida con la comunidad internacional", dijo un portavoz de la Casa Blanca por la mañana. Horas después, señaló que si Asad se comprometía en la retirada "se puede negociar donde nosotros hemos dicho 'de inmediato'". Funcionarios norteamericanos se mostraron a favor de mantener una postura "flexible" de manera que la retirada de las tropas sirias no provoque un vacío de poder que rompa el difícil equilibrio libanés.

Miles de libaneses con retratos de los presidentes de Líbano y Siria se manifiestan en apoyo de Bachar el Asad.
Miles de libaneses con retratos de los presidentes de Líbano y Siria se manifiestan en apoyo de Bachar el Asad.EFE

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