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El PP no negociará la Constitución sin un pacto conjunto sobre estatutos

Los populares creen que la crisis del 3% impide la reforma en Cataluña

Todo o nada. La oferta "gratis" que el líder del PP, Mariano Rajoy, hizo al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para que los dos grandes partidos consensuaran las reformas en la "arquitectura institucional de España", es decir, la Constitución y los estatutos de autonomía, ya tiene precio. Era una oferta todo o nada. El PSOE necesita al PP para reformar la Constitución; no para cambiar los estatutos. El PP no participará de tal reforma constitucional si no hay un pacto "conjunto" sobre el modelo de Estado.

"No vamos a aprobar ninguna reforma constitucional si no hay un acuerdo conjunto sobre el modelo de Estado", aseguró ayer Rajoy en una entrevista en el diario Abc. "Si Zapatero pretende aprobar un Estatuto con unos, otro con otros, y la reforma constitucional con nosotros no lo vamos a aceptar", zanjó. El líder del PP sólo dejó fuera de esa negativa suya la supresión de la primacía del varón en la sucesión de la Corona para los hijos que llegue a tener el príncipe Felipe.

Este rechazo de Rajoy anula, salvo que se recomponga el pacto del 14 de enero, toda posibilidad de reformar la Constitución, pues los votos del PP son imprescindibles. El artículo 167 de la Constitución fija en tres quintos del Congreso y del Senado la mayoría necesaria para una reforma constitucional. Es decir, en 210 diputados y 156 senadores. En ninguna de las dos Cámaras se llega a tal mayoría sin el concurso de los populares.

Sin derecho de veto

Rajoy, en su oferta del 14 de enero, pretendió ampliar la mayoría cualificada (propuso dos tercios) a las reformas de los Estatutos. Argumentó que, desde 1978, todas esas cuestiones se han aprobado siempre con el acuerdo previo de los dos principales partidos. El PSOE interpretó que tal acuerdo previo equivaldría a dar "derecho de veto" al PP sobre las reformas estatutarias e hizo saber a los populares en declaraciones públicas que no estaba dispuesto a tanta cesión.

La escenificación de la ruptura, hace una semana, tuvo como primera excusa el "bajo nivel político" que la comisión propuesta por el PSOE tenía a los ojos del PP. Pero después Rajoy subrayó que no era tanto una cuestión de personas sino, sobre todo, su "constatación" de que el Gobierno socialista no estaba dispuesto a pactar "los límites" de las reformas estatutarias con el PP.

Un miembro de la dirección del PP lo resume de esta forma: "Con el pacto propuesto por Rajoy, el PP asumía el papel de partido responsable que deja, no sin costes internos, su posición de muchos años para acordar con el Gobierno sus reformas cuando éstas son cuestiones de Estado. El Gobierno ha decidido que no le interesa que el PP tenga ese papel. De acuerdo, pues al PP deja de interesarle la reforma constitucional del Gobierno".

Esta ruptura, además, ha coincidido con la crisis política desatada en Cataluña porque el presidente, Pasqual Maragall, insinuó en el Pleno para dar explicaciones por el hundimiento del Carmel que el anterior Gobierno de CiU se llevaba un 3% en comisiones por las obras públicas, y lo retiró cuando el líder de CiU, Artur Mas, le amenazó con dejar la negociación para la reforma del Estatuto.

"Con el 3% todo ha saltado por los aires", aseguran en la dirección del PP. "Lo de menos es lo que diga el PP, pues sus votos no hacen falta para aprobar el Estatuto catalán. Lo que cuentan son las desavenencias entre Maragall y los barones del PSOE en medio de un escándalo por una acusación de corrupción. Además, si se aprobara, sería el Estatuto del 3%: estaría viciado en su legitimidad", añaden.

Esta posición de la dirección del PP es absolutamente compartida por esta organización en Cataluña y así lo han hablado Josep Piqué y Mariano Rajoy. Según su análisis, "la ciudadanía lo que pide ahora es que se investigue la acusación del 3% que lanzó Maragall en el Parlamento. Si se investiga, la tensión entre el PSC y CiU imposibilitará pactar el Estatuto y ambos iniciarán un juego de mus para culpar al otro de la ruptura. Pero si PSC y CiU se envuelven en la bandera catalana para tapar sus vergüenzas y negocian su Estatuto, éste será para siempre el Estatuto del 3%".

En resumen, el PP cree que la negociación del Estatuto en Cataluña "está muerta y habrá que dejarla para la próxima legislatura". Sí será posible, según ese partido, negociar la reforma del sistema de financiación y "limpiar" las sospechas de corrupción.

Además, en el País Vasco, Rajoy ha pedido públicamente a Zapatero que "retire el plan López" porque, según él, el proyecto de reforma estatutaria que defiende el líder del PSE, Patxi López, es "lo mismo que el plan Ibarretxe pero sin independencia".

Mariano Rajoy, flanqueado por Esperanza Aguirre, la saharaui Zara Ramdam, la diputada de Mauritania Djeinaba N&#39;Diaye y Ana Pastor, el sábado en la convención nacional del PP <i>Sí a la mujer.</i>
Mariano Rajoy, flanqueado por Esperanza Aguirre, la saharaui Zara Ramdam, la diputada de Mauritania Djeinaba N'Diaye y Ana Pastor, el sábado en la convención nacional del PP Sí a la mujer.EFE

Los límites insuperables

"Nosotros estábamos dispuestos a apoyar las reformas estatutarias que mejoraran la eficacia en la gestión de los servicios públicos. Y a oponernos a las que pretendieran un reparto de poder entre las distintas Administraciones. A decir sí a gestionar mejor, y no a la pugna de quién manda más y qué territorio es de primera y cuál de segunda". A partir de esta opinión, un miembro de la dirección del PP enumera tres límites insuperables que este partido querría haber pactado con el PSOE para las reformas de los Estatutos: limitar las transferencias posibles dentro del artículo 150.2 de la Constitución; que siga siendo únicamente el Estado quien elabore y decida las leyes básicas y deje a las autonomías sólo su aplicación en aquello que les afecte, y que de ninguna forma se rompa la caja única de la Seguridad Social. Con estas "líneas maestras", afirman, se podría recomponer el acuerdo.

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