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CRISIS POLÍTICA EN CATALUÑA

Mas pide a Esquerra que rompa el tripartito y forme mayoría con CiU

Los nacionalistas exploran las posibilidades de un Gobierno alternativo para Cataluña

Enric Company

El jefe de filas de Convergència i Unió (CiU) en el Parlamento catalán, Artur Mas, intenta poner una cuña en el tripartito catalán para atraer a uno de sus componentes, Esquerra Republicana (ERC), hacia una "mayoría alternativa", formada por CiU y la propia ERC. Mas anunció ayer que va a dedicar sus esfuerzos en los próximos meses a "indagar" las posibilidades de "cambiar el mapa político catalán".

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La formación de un Gobierno de mayoría nacionalista por CiU y ERC era la opción preferida por uno de los sectores de CiU para la actual legislatura autonómica, el llamado sector "soberanista" del partido de Jordi Pujol. Esta eventualidad fue rechazada por Esquerra, pero sigue siendo matemáticamente posible en el Parlamento catalán, donde los diputados de CiU y ERC suman 70 escaños, dos por encima de la mayoría absoluta. El tripartito de izquierdas cuenta con 74 diputados.

Mas recuperó ayer la perspectiva de una mayoría nacionalista en el Parlamento catalán en la clausura de la Escuela de Invierno de CiU celebrada en un hotel de El Montanyà (Seva, Barcelona). Ante unos 200 miembros del partido, el líder de la oposición de CiU en el Parlamento se dedicó a lanzar guiños a Esquerra y a poner cuñas en el tripartito. Les recordó que "cuando el PSC y Maragall han podido encarnizarse con ellos no han dudado en hacerlo", en alusión apenas velada a la forzada dimisión del líder independentista, Josep Lluís Carod, como conseller en cap del Gobierno catalán, hace poco más de un año.

A los 14 meses de la formación del primer Gobierno de izquierdas en Cataluña desde la restauración de la autonomía, Mas presentó este balance. "Tenemos un Gobierno que lo hace mal y un presidente que ha perdido el norte y lo hacer aún peor que su Gobierno". Esto requiere, agregó, "buscar un cambio de presidente y de Gobierno".

Esta arremetida de Mas se produjo 24 horas después de que el consejo nacional de los socialistas catalanes arropara a Maragall y de que el presidente atribuyera la crisis catalana a una ofensiva de las derechas que consideran el acceso de la izquierda al Gobierno como "una usurpación". Maragall se ha declarado dispuesto a facilitar la vuelta a la calma, pero no parece dispuesto a la retractación que Mas le exige. Al contrario, los socialistas piensan que en las próximas semanas, a medida que avancen las investigaciones sobe la adjudicación de obras públicas serán los dirigentes de CiU quienes tendrán que dar explicaciones.

Pero ayer, Artur Mas advirtió a los dirigentes de ERC de que "serán directamente responsables" de lo que pase en Cataluña si insisten en "apoyar a un Gobierno y a un presidente que llevan a Cataluña a un camino muy complicado". De la misma forma, insistió, en que "son los responsables directos de haber escogido a Maragall como presidente". Y no a él.

A pesar de todo esto, Mas sostuvo que Esquerra está todavía a tiempo de cambiar de bando. "No digo de corregir inmediatamente la situación", reconoció, "pero si de tomar conciencia de que en Cataluña puede haber fórmulas alternativas a la actual". Esta es la vía que Mas propuso "iniciar en los próximos meses" junto con Esquerra.

Moción de censura

A cuatro días de que el Parlamento catalán debata la moción de censura presentada por el otro partido de la oposición, el PP, contra el Gobierno de Maragall, Mas dio a entender que también puede recurrir a este instrumento. Pero en ese caso, señaló, CiU no lo haría como un gesto "testimonial y de cara a la galería", sino con el propósito real de "cambiar a un Gobierno y a un presidente que no están a la altura".

Esto puede requerir bastante tiempo. Hoy se constituye en el Parlamento catalán la comisión de investigación sobre el accidente del Carmel y las condiciones de contratación de las obras públicas en Cataluña desde 1999. Sus trabajos durarán dos meses, durante los que pueden producirse nuevos sobresaltos.

En el fondo de este escenario está además, la reforma del Estatuto de Autonomía, que requiere una mayoría parlamentaria de dos tercios, sólo posible con la participación de CiU y PSC. Eso obliga, como ayer reconoció Mas, a "no dinamitar los puentes" entre los dos principales partidos de Cataluña.

El llamamiento de Mas a los dirigentes de Esquerra encuentra terreno abonado en la actitud de algunos de ellos, que en la última semana han marcado distancias claramente respecto a Maragall. La posición oficial de ERC en esta crisis ha sido la de garantizar la continuidad del tripartito, al tiempo que sus dirigentes se abstienen clamorosamente de defender a Maragall. Algunos de ellos han retomado la política de "equidistancia" entre CiU y PSC y reparten por igual la responsabilidad de la crisis a Maragall y Mas. A Maragall por haber encendido la mecha con la alusión al 3% y a Mas por haber amenazado con bloquear la reforma del Estatuto de Autonomía.

En esta actitud han destacado el líder de ERC, Josep Lluís Carod, y Ernest Benach, actual presidente del Parlamento. Benach insistió ayer en una entrevista radiofónica en repartir culpas equitativamente, como ha hecho varias veces a lo largo de la semana. Recriminó a Mas la presentación de la querella judicial contra Maragall y a éste le afeó no haber pedido disculpas.

Artur Mas, líder de CiU, ayer en un acto del partido  en Seva (Barcelona).
Artur Mas, líder de CiU, ayer en un acto del partido en Seva (Barcelona).EFE

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