¿Neoliberales?: no, neoconservadores

¿Qué es hoy el Partido Popular? ¿Qué quedó de aquellos lemas del centro derecha o del centro reformista? ¿Cuál de sus caras es la predominante, la de Rajoy, la de Acebes, la de Zaplana... o la de Aznar? Las actividades del ex presidente de Gobierno español en EEUU indican su profunda inclinación hacia las ideas de la derecha más conservadora, definida desde hace tiempo como neoconservadurismo.

Los lugares desde donde influyen los neocons en la Administración Bush son la vicepresidencia del Gobierno y el Pentágono. Pues bien, Aznar ha cenado en sus últimas visitas con Cheney y Rumsfeld. Una de las últimas intervenciones del ex presidente ha tenido lugar en el think tank denominado American Enterprise Institute (AEI), donde entregó un premio a Mario Vargas Llosa. Es interesante analizar esa presencia, a la vista de tres circunstancias: qué es el AEI, qué premio entregó y qué dijo en el acto.

El AEI, fundado en 1942, está considerado como el cuartel general del pensamiento neocons. El galardón a Vargas Llosa se denomina Premio Irving Kristol, un antiguo trotskista devenido en el introductor del pensamiento neocons, y padre de William Kristol, editor de la revista The Weekly Standard, portavoz de esa corriente ideológica y colaborador de la cadena de televisión Fox, propiedad (tanto la revista como la televisión) de Rupert Murdoch, del que más de una vez se ha rumoreado que quiere invertir en medios de comunicación españoles. En su libro Reflexiones de un neoconservador, Kristol padre da las ideas fuerza del neoconservadurismo: "Aprendió de Friedman a apreciar las claves de la economía de mercado como motor del crecimiento. De Hayek aprendió que las instituciones sociales son el producto de la acción humana, pero casi nunca del designio humano... De los conservadores culturales y del filósofo político Leo Strauss aprendió a valorar el significado de la moral y de las tradiciones precapitalistas... El neoconservadurismo no es meramente patriótico... sino incluso nacionalista".

En el acto de la AEI, donde fue aplaudido Aznar, estaba presente Richard Perle, uno de los miembros más radicales de los neocons, partidario de deconstruir la ONU, y que calificó al periodista Seymour Hersh -el que denunció las torturas de Abu Graib- como "lo más cercano a un terrorista que hay en el periodismo americano". Dos frases definitorias de Aznar en ese acto: "El AEI es el marco donde se cultivan y se promueven las ideas en las que creo"; "Hoy en día, ser liberal en España no es tarea fácil, y menos para un neoconservador".

La intervención de Aznar en el AEI es de ida y vuelta. Para hoy está anunciada la presencia en Madrid, en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del presidente de la AEI, Chistopher Demuth, que hablará de "El futuro de la libertad: desde la revolución a las instituciones". Será interesante analizar qué dirigentes del PP acuden y cuáles no. Hace unas semanas se suspendió por problemas de calendario, dentro del mismo ciclo, la intervención de Robert Kagan, otro intelectual neocons, autor de Poder y debilidad, y coautor -junto a Kristol hijo- del libro Peligros presentes, en el que escriben: "En la era de la Post-Guerra Fría, el principal objetivo de EEUU debe ser el de producir cambios de régimen en naciones hostiles -en Bagdad [cuando se escribió, todavía no se había producido el 11-S] y Belgrado, en Pyongyang y Beijing- y donde quiera que los gobiernos tiránicos adquieran el poder militar para amenazar a sus vecinos, a nuestros aliados y a los propios EEUU".

En ese mismo libro también escribe el neocons Paul Wolfowitz, número dos del Pentágono y aspirante (según la prensa) a presidir el Banco Mundial, que describe la nueva política de relaciones internacionales, del siguiente modo: "Demostrar que tus amigos serán protegidos y atendidos, que tus enemigos serán castigados y que aquellos que rechazan apoyarte se arrepentirán de no haberlo hecho". ¡Pobre Zapatero!

¿Son estas ideas las del actual PP?