Una pasión esperanzada
Uno de los principales poetas portugueses del siglo XX, exponente esencial del surrealismo, y a la vez, un destacado pintor, Mário Cesariny (Lisboa, 1923), a sus 81 años, regresa al primer plano del que durante un largo periodo estuvo ausente. Desde noviembre pasado, tras la concesión del Grande Prémio EDP, su figura es centro de importantes acontecimientos en el país vecino: una exposición retrospectiva de su obra plástica; el estreno de la película Autobiografia, de Miguel Gonçalves Mendes, sobre su vida y su obra; la publicación al mismo tiempo del catálogo de dicha exposición, de un volumen con el texto y fotografías de la película, y una amplia antología que reúne lo que a lo largo de años se ha escrito acerca del poeta-pintor. Este mismo mes se espera otra exposición, en la Casa Fernando Pessoa de Lisboa, con fotografías realizadas por Duarte Belo en el "universo desconcertante" de la casa de Cesariny.
ANTOLOGÍA POÉTICA
Mário Cesariny
Traducción de Vicente Araguas
Visor. Madrid, 2004
163 páginas, 10 euros
Coincidiendo con este soplo
de actualidad, se publica esta quizá breve pero condensada Antología poética de Mário Cesariny, gracias al buen hacer y precisión de Vicente Araguas. El nombre de Cesariny es indisociable de la historia del surrealismo portugués, que de su mano amplía sus límites, y antes que reductor se hace sobre todo liberador. Es autor de algunos de los textos más poderosos de la poesía portuguesa, y su influencia es patente todavía hoy. En su haber cabe la renovación de una tradición versolibrista que tiene su origen en Álvaro de Campos, el impulso de la imaginación como fuerza esencial de la creación poética y la profundización en las sospechas de desconfianza que sobre la palabra estableció la modernidad. Un ejemplo es ese poema emblemáticamente titulado 'You are welcome to Elsinor', incluido en Pena capital: "Entre nosotros y las palabras hay metal fundente / entre nosotros y las palabras hay hélices que andan / y pueden darnos muerte violarnos sacar / de lo más hondo de nosotros el secreto más útil
...". Ante un Portugal convertido en el reino de Dinamarca, encerrado por la dictadura salazarista, no queda otra cosa que "nuestro deber hablar".
Esa unión entre referentes de la realidad y la historia por un lado, y la intervención surreal que va más allá del tiempo y el espacio por otro, da forma a muchos de los poemas de Cesariny. Así en 'Cuerpo visible', donde más allá de la reconocible ciudad de Lisboa, de los obstáculos que esa "alta figura del Hombre Sofocado" representa, lo que importa es la aspiración final del poema: "Contra él mi amor la sombra que hacemos / en el acueducto grande de mi pecho EL MAR". Podría decirse que el suyo es un realismo transfigurador, como muestra desde su título el fragmento que aquí se recoge de 'Loor y simplificación de Álvaro de Campos', incluido en Nobilíssima visão. Lo que Cesariny reclama del lector es su cooperación en la restauración de un estado de cosas descompuesto y corrompido, una actitud patente en 'Discurso sobre la rehabilitación de lo real cotidiano', uno de los poemas centrales de Manual de prestidigitación: "aquí hace falta una razón grande / una razón que no sea sólo una palabra / o un corazón...". Lejos de conceptualizaciones, lo que importa es la fuerza de redención que nace de esa otra realidad que el poema representa.
Mucho de lo que Cesariny consigue es gracias a la lengua oral, a la ruptura con la solemnidad del lenguaje poético. Su poesía crece con la lengua viva, con las interpelaciones y provocaciones de su fluyente coloquialismo. Nada queda fuera de su alcance, ni la exaltación celebratoria o la fuerza lírica del amor, ni las referencias y recursos míticos consustanciales al mundo poético del surrealismo. Por eso la impronta de su poesía es más profunda de lo que pueda parecer, sobre todo en lo que de esfuerzo innovador y multiforme representa el vuelo indeleble de su escritura. Habrá que entender, como él lo entiende, "que el Surrealismo es una Revolución. Mental, Social, Moral...". La poesía como una única pasión esperanzada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.