Cita con cuatro nobeles

Los territorios literarios de cuatro de los premios Nobel más admirados colindan entre sí, no sólo por la calidad de sus escritos, sino por su reflexión crítica sobre la sociedad y la convivencia, sin olvidarse de transmitir ánimo para descubrir la vida. Los tres primeros escritores establecen juegos de espejos con sus álter ego, creados para mirar de frente la realidad y despertar algunos de los temores agazapados del actual sistema de vida. Libros narrativos pero con vocación ensayística. El surafricano J. M. Coetzee se sirve en Elizabeth Costello de una escritora que va por el mundo dando conferencias y describe esos episodios en los que ella habla, reflexiona y, entre ella y los demás, crea un prisma de opiniones claro, preciso y cautivador sobre asuntos como el maltrato a los animales, la literatura en África, las caras de la maldad o los misterios de Eros. Por su parte, el húngaro Imre Kertész cierra con Liquidación su trilogía sobre el Holocausto, al mostrar la larga sombra de los totalitarismos. El escenario es Budapest en 1999 y la historia es la de cuatro personas que de repente se ven en el mundo con el vacío que les ha dejado el fin del comunismo. Es la segunda generación de las víctimas del nazismo en un duelo con la vida, el pasado y sobre qué hacer con la libertad. Último aspecto éste sobre el que centra José Saramago parte de su Ensayo sobre la lucidez. El autor portugués fabula unas elecciones democráticas en las que el vencedor es el voto en blanco, hasta que entra en funcionamiento el engranaje del poder. "Tenemos todos las libertades pero estamos dentro de una burbuja", ha dicho. La cita con Gabriel García Márquez es con él y con su mundo real. Son sus memorias contadas como él ha querido recordarlas para sí mismo y como quiere que lo sean para los demás. Una lectura que asiste a la génesis de los relatos y las novelas del nobel colombiano. Una prueba de que, en su mundo, literatura y realidad empiezan y terminan en el mismo nido.