El 'agente naranja' sigue matando
Las víctimas del herbicida usado en la guerra de Vietnam acuden a los tribunales de EE UU
Algunos nacieron sin cristalino y están ciegos. Otros no tienen manos. Muchos, los rostros completamente deformados por enfermedades congénitas. Sufren enanismo, cáncer... La guerra en Vietnam acabó en 1975. Pero sus secuelas persisten por el efecto de un herbicida conocido como agente naranja -llamado así por la etiqueta de ese color que llevaban los bidones donde se almacenaba- y del que el Ejército de Estados Unidos lanzó millones de litros sobre las llanuras vietnamitas entre 1962 y 1971 con un doble fin: arrasar las cosechas y sacar de sus escondites a la guerrilla comunista del Vietcong.
Desde el final de la contienda, Washington ha negado cualquier responsabilidad moral o legal por el legado tóxico que dejó atrás. Movidos por el olvido al que habían sido sometidos, 27 vietnamitas presentaron en 2004 un pleito civil que buscaba compensaciones de 37 compañías que fabricaron y vendieron ese producto, entre ellas algunas tan poderosas y conocidas como Dow Chemical y Monsanto.
El camino comenzado el año pasado llegó a su concreción el lunes, cuando un tribunal de Nueva York empezó a examinar el pleito interpuesto por la Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja. "Creo que vamos a ganar. Nos sentimos confiados en las pruebas científicas que aportamos y tenemos esperanza en que el tribunal tome una decisión justa", dijo el secretario general de la asociación, Tran Xuan Thu, citado por Efe.
Según los demandantes, tres millones de vietnamitas estuvieron expuestos a los efectos del agente naranja entre 1962 y 1971, y al menos un millón de personas sufrieron y aún padecen serios problemas de salud o nacieron con anomalías físicas. La Cruz Roja de Vietnam asegura que unos 150.000 niños fueron "severamente afectados" por las enormes cantidades de litros de agente naranja y otros herbicidas arrojados sobre los territorios ocupados por el Vietcong durante el conflicto bélico. Los hijos del agente naranja abarcan hasta cuatro generaciones de menores discapacitados.
Sin embargo, las compañías demandadas insisten en que no se ha establecido una relación clara entre los problemas de salud y el agente naranja. En su opinión, además, la responsabilidad en cuanto el modo en que se usó la sustancia recae no en los productores, sino en el Gobierno de EE UU.
Al igual que con los afectados vietnamitas, el Gobierno estadounidense también evitó reconocer la vinculación entre las enfermedades crónicas de sus veteranos de guerra y el uso del famoso herbicida. Finalmente en 1988, bajo presión del ex comandante de la Marina estadounidense en Vietnam almirante Elmo Zumwalt, el Pentágono elaboró un informe clasificado que vinculaba al agente naranja con 28 enfermedades, entre ellas defectos congénitos y neurológicos, dolencias de la piel y numerosos tipos de cáncer.
Aunque las autoridades militares alegaron que desconocían los terribles efectos de los herbicidas sobre los seres humanos, el científico militar James Clary admitió en 1988 que sí los conocían. "Cuando iniciamos el programa de herbicidas en los años sesenta, sabíamos el daño que podría causar la contaminación con la dioxina de esos productos", escribió Clary en una carta a un congresista que investigaba el agente naranja. "Sin embargo, como el material iba a usarse contra el enemigo, el asunto no nos preocupaba", admitió.
La guerra de Vietnam fue la más larga de la historia norteamericana y supuso para ese país una experiencia de derrota y frustración, constituyendo el más serio fracaso de EE UU en la guerra fría. El conflicto en la península de Indochina tuvo lugar entre mediados de los años cincuenta y mediados de los setenta y enfrentó a EE UU y el Gobierno de Vietnam del Sur por un lado contra Vietnam del Norte y las guerrillas comunistas que actuaban en el vecino sur por otro. La guerra terminó extendiéndose a Laos y Camboya.
La derrota supuso un verdadero trauma para EE UU: el orgullo de la potencia estaba herido. Más de 50.000 muertos, 300.000 heridos y centenares de miles de soldados con serios problemas de adaptación a la vida civil. Lo que se vino a denominar como el síndrome de Vietnam supuso en el corto plazo una gran renuencia a la intervención militar exterior por parte de la potencia norteamericana. En Vietnam quedaban tres millones de muertos.
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