"Siria es el próximo desafío para Israel"

El viceprimer ministro de Israel, Simón Peres, irradia, como la inmensa mayoría de los altos funcionarios del Gobierno, confianza ante el futuro del proceso de paz. Y, cómo no, cautela. "Los palestinos han concluido que el terrorismo no puede continuar. Y los israelíes sabemos que es necesario un Estado palestino", comenta el dirigente laborista en una reunión con una docena de periodistas españoles en el Parlamento de Jerusalén. "Tenemos que aplicar el plan para la retirada de Gaza. Se está avanzando en el proceso de paz", afirma. "No obstante", añade, "está lleno de trampas".

El motivo del optimismo reinante radica en la aparición, tras la muerte en noviembre de Yasir Arafat, de un nuevo liderazgo en la Autoridad Nacional Palestina (ANP), encabezada ahora por el presidente Mahmud Abbas, Abu Mazen. "Probablemente, sin Arafat no podría haber arrancado el proceso de paz. Pero con él tampoco podía terminar. Abu Mazen es muy claro. Dice lo que piensa y hace lo que dice. Esto nos impresiona mucho. Arafat había dejado de tomar decisiones", asevera Peres.

El atentado suicida del viernes en Tel Aviv, reivindicado por Yihad Islámica y en el que murieron cinco personas, no ha menoscabado el prestigio del presidente palestino. El Gobierno israelí atribuye la orden de perpetrar el ataque terrorista a los líderes de este movimiento fundamentalista establecidos en Damasco, al margen de los dirigentes que viven en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. De momento, el Ejecutivo de Ariel Sharon -jefe del Likud, pero ahora coaligado con Peres por la necesidad de aprobar en la Cámara el plan de retirada de la franja de Gaza- no agobia a Abbas con amenazas de ruptura del proceso de paz en el caso de que Yihad Islámica, Hamás o las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa cometan más atentados contra israelíes. Confía en la capacidad de persuasión del presidente de la ANP. "No queremos ser paternalistas con Abu Mazen; 40.000 policías armados pueden controlar la situación", afirma Peres.

A pesar de que no duda de que el proceso de paz con los palestinos "llevará tiempo", se declara optimista. "Hemos logrado", señala el veterano político, "un acuerdo con Egipto, también con los jordanos. Y ahora hay negociaciones con los palestinos. Sólo lamento el tiempo perdido". De lograr un acuerdo con la ANP, sólo quedaría una Siria aislada con la que negociar. "Si llevamos a todas las partes a la mesa de diálogo, la mesa se caerá. Hay que ir país por país".

El dirigente laborista, que la próxima semana acudirá en representación de su Gobierno a la Conferencia sobre Terrorismo que se celebra en Madrid, asegura que "Siria es el próximo desafío para Israel". El viceprimer ministro acusa al régimen de Bachar El Asad de "provocar un alto nivel de presión", especialmente en Líbano, país en el que Damasco mantiene desplegados a 14.000 soldados.

Aunque las investigaciones sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, el 14 de febrero, no han dado frutos hasta la fecha, las consecuencias políticas del magnicidio recayeron desde el primer instante sobre Siria. "Líbano es un país dentro de otro país. Y tiene un Ejército que está dentro de otro Ejército", afirma Peres en alusión a la tutela que Damasco ejerce sobre el pequeño país mediterráneo. "No hay plazos, pero si Siria sigue apoyando el terrorismo pagará el precio".