Guipúzcoa acepta eliminar el viaducto del principal acceso a San Sebastián
La Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento donostiarra llegaron ayer a un acuerdo para eliminar el viaducto de Carlos I, uno de los principales accesos a San Sebastián desde la autopista A-8. Sin embargo, la supresión de este polémico puente que atraviesa el barrio de Amara no supondrá eliminar la circulación diaria de sus 40.000 vehículos, ya que es "técnicamente imposible prescindir de una de las entradas a la ciudad", explicó Javier Zuriarrain, diputado de Carreteras. La Diputación acepta parcialmente la propuesta del consistorio, que planteó convertir el acceso de Carlos I en una trama urbana y desviar todo el tráfico de entrada por Riberas de Loiola. Zuriarrain aseguró que esta opción es inviable, porque el futuro ramal de entrada por Riberas de Loiola (el tramo final de la autovía del Urumea) tendrá una capacidad máxima para 40.000 vehículos, que aumentaría a 63.000 si se añaden los tráficos de Carlos I.
Zuriarrain afirmó que la eliminación del viaducto exigirá estudiar una solución técnica para mantener la entrada de la A-8 por Amara, pero "a ras de suelo".
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