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BUSH EN EUROPA | Reunión con la UE

EE UU y la UE sellan su reconciliación

El presidente estadounidense califica de "ridículas" las versiones sobre un ataque a Irán

Carlos Yárnoz

La Unión Europea apretó ayer sin reservas la mano tendida por George W. Bush en la primera visita que un presidente de EE UU realiza a la UE como organización supraestatal. Bush y los 25 líderes europeos abrieron la nueva era de reconciliación transatlántica con concesiones mutuas sobre Irak y el conflicto israelo-palestino como ejemplos conjuntos a favor de la paz en el mundo. Los europeos expusieron a Bush que han pactado ya su primera iniciativa común por la seguridad en Irak con la formación de 770 policías y magistrados, un gesto que Washington exigía. Bush proclamó lo que los europeos querían oír: que apuesta por "una Unión Europea fuerte" y que el primer objetivo de los dos será la paz en Oriente Próximo.

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Precedida por la cumbre de la OTAN que ocupó la mañana y el almuerzo, la dedicada a la UE y EE UU se prolongó sólo 90 minutos, pero la propia presencia de Bush en la sede del Consejo de la Unión fue uno de los hechos en los que se basó el presidente francés, Jacques Chirac, para afirmar que "EE UU ha tomado conciencia de que algo ha cambiado y es más realista que en el pasado a la hora de comprender el peso y la calidad de la UE". "Bush ha entendido que es necesaria una verdadera alianza".

Hace dos años, Washington jugaba a dividir a Europa. Hoy, alaba su unidad y fortaleza y Bush, olvidando la distinción entre la Vieja y la Nueva Europa, mantiene estos días encuentros personales con Chirac, con quien cenó el lunes, y con el alemán Gerhard Schröder, a quien verá hoy en Maguncia, los dos líderes que más se opusieron a la guerra de Irak. El líder norteamericano desayunó también ayer con el británico Tony Blair -"uno de los dirigentes fuertes en Europa"- y mañana visitará Bratislava (capital de Eslovaquia) para hablar allí también con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Bush se refirió ayer a menudo a la "UE", no sólo a Europa, destacó que su visita a la UE es la primera de su segundo mandato -"así tiene que ser", dijo- y, al concluir la cumbre, afirmó con énfasis "EE UU va mejor cuando trabaja con los amigos". "No deben tener dudas de que deseo que el proyecto europeo sea un éxito. Va en interés mutuo, pese a que puedan existir diferencias". Fue éste un mensaje que reiteró a los líderes europeos en la reunión a puerta cerrada, en la que un Bush totalmente distendido y amigable no eludió ningún tema espinoso como prueba, según personas que le escucharon, de que se abre una etapa de diálogo sin reservas con los europeos.

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La cumbre UE-EE UU se inició precisamente con una exposición de Chirac sobre el proceso de integración europea. Después, el canciller alemán, Gerhard Schröder, contó los esfuerzos de Francia, Reino Unido y Alemania para negociar con Irán una fórmula que evite otra carrera armamentística en la zona. El británico Tony Blair habló de Oriente Próximo. El austriaco Wolfgang Schüsell, de los Balcanes. El holandés Jan Peter Balkenende, de terrorismo. El húngaro Ferenc Gyurcsány, de Ucrania. El irlandés Bertie Ahern, de Rusia. El español José Luis Rodríguez Zapatero, del Proceso de Barcelona.

Fue al primer ministro eslovaco, Mikulas Dzurinda, a quien le correspondió presentar el regalo para Bush: el plan europeo para formar y entrenar a los 770 policías y magistrados iraquíes que habían aprobado el día anterior los ministros de Exteriores. "Agradezco sus contribuciones", contestó el estadounidense. El primer ministro de Luxemburgo y actual presidente de la Unión, Jean-Claude Juncker, prometió que la UE y EE UU seguirán "aunando esfuerzos para ayudar al pueblo iraquí" y anunció que los dos aliados organizarán una conferencia internacional para coordinar la ayuda a Irak.

Con respecto al conflicto israelo-palestino, Bush recordó que él y los europeos abogan por los dos Estados en la zona y que se está registrando "una situación prometedora" hasta el punto de que "la paz está al alcance de la mano". "El proceso de paz ha mejorado y queremos seguir trabajando estrechamente con EE UU", agregó Juncker. En otro punto significativo de encuentro, Bush y los europeos exigieron una investigación internacional e independiente sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri la pasada semana, a la vez que exigieron, con Chirac a la cabeza, la retirada de las fuerzas sirias de Líbano.

En el capítulo de las advertencias, Bush reservó un tono duro para el presidente ruso. "La democracia se basa en el respeto al Estado de Derecho, a los derechos humanos, a la libertad de prensa... A mí me gustan los países con libertad de prensa". "Compartimos muchas cosas [con Rusia], pero hay que recordarle que EE UU cree en los valores".

Por el contrario, el tono fue más suave que el esperado cuando fue preguntado por Irán, hasta el punto de que calificó de "ridícula" la difundida versión de que EE UU se prepara para atacar ese país. "Dicho eso", precisó con una media sonrisa, "todas las opciones están abiertas".

Pese a todo, las discrepancias, lógicamente, no han desaparecido. Lo que ha cambiado es el ambiente para discutirlas. Chirac contó ayer que, en su cena bilateral del lunes con Bush, le comentó a éste "los efectos dramáticos" de un cambio climático al que Washington no se enfrenta por no sumarse al acuerdo de Kioto. Ayer fue Bush quien dijo que hay que investigar a fondo para reducir la contaminación, más que seguir discutiendo sobre Kioto.

Y mientras Bush se decía en la OTAN "preocupado" por el probable levantamiento del embargo de armas a China por parte de la UE, Chirac insistía en que "ya no hay justificación" para mantener esa sanción y que, además, el gesto europeo no modificará el balance de fuerzas en la región. Eso sí, como prueba de la nueva atmósfera, a Bush le preguntaron sobre ese tema por la mañana en la OTAN, pero enseguida aclaró que el sitio para hablarlo era la UE. Así fue y se demostró que las diferencias subsisten y que Europa deberá esforzarse para evitar represalias comerciales contra quien venda tecnologías militares a Pekín.

Tras la cumbre en el Consejo, la principal institución de la UE, Bush tuvo por la noche otro gesto europeísta al cruzar la bruselense Rue de la Loi para acudir a la Comisión Europea, donde su presidente, José Manuel Durão Barroso, se hizo la foto que dejará ya en el pasado aquella otra de las Azores previa a la invasión de Irak.

"El mundo es más próspero y más seguro cuando EE UU y la UE colaboran", declaró Barroso. "Menos hablar de nosotros y más resolver juntos los problemas", enfatizó Javier Solana, responsable de la Política Exterior de la UE.

El presidente Bush bromea con el jefe de Exteriores de la UE, Javier Solana.
El presidente Bush bromea con el jefe de Exteriores de la UE, Javier Solana.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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