Zapatero valora su breve encuentro con Bush como "correcto, normal y razonable"
El líder norteamericano saluda en castellano al español con un: "Hola, ¿qué tal, amigo?"
Breve fue el saludo y más la despedida. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intercambió ayer muy pocas palabras, durante unos diez segundos, con el presidente de EE UU, George Bush, y le despidió con un sucinto apretón de manos, al término de las casi ocho horas de trabajo que compartieron en Bruselas. El propio Zapatero valoró como "correcto, normal y razonable" este desarrollo de los hechos en un marco que, destacó, no era bilateral, y que sirvió al lanzamiento de una "nueva etapa" de cooperación entre EE UU y Europa.
Las sucesivas cumbres de la OTAN y entre Estados Unidos y la Unión Europea han afianzado la esperanza en una recuperación de la relación trasatlántica, tras las tensiones suscitadas por la guerra de Irak. Pero no han aclarado definitivamente el panorama de problemas y resquemores que aquellos mismos hechos dejaron entre los gobiernos de Washington y Madrid.
La jornada registró alguna evolución positiva. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, volvió a hablar brevemente con su homóloga, Condoleezza Rice, y entre sus colaboradores quedó la confianza en que ambos se reúnan formalmente en la segunda semana de abril, aunque sus respectivos gabinetes tienen todavía que consultar sus agendas y confirmar las fechas.
El acta de las conversaciones entre los dos líderes es, sin embargo, escueta. "Hola, ¿que tal, amigo?", dijo Bush a Zapatero, en castellano-tejano, cuando, pasadas las 09.30 horas, ambos esperaban el inicio de la cumbre de la OTAN con Ucrania. "Muy bien, ¿y tú?", respondió el español, asintiendo al apretón de manos con un gesto de cabeza. "Muy bien", cerró el norteamericano, que intentó seguir su camino hasta que Silvio Berlusconi le tiró de la manga para que se detuviera. Bush abrazó al italiano y le besó en la mejilla.
Pese a la sucesión de mesas redondas y fotos de familia, Zapatero no volvió a cruzarse directamente con el líder de la hiperpotencia hasta cerca de las siete de la tarde, cuando ambos se despidieron tras posar con todo el grupo en la UE para la última fotografía. Apenas cambiaron palabras en esta ocasión, que se produjo por iniciativa de Zapatero. Fue, en cambio, Bush quien se acercó por la mañana al español, que hablaba con Tony Blair.
No es que Zapatero permaneciera callado el resto del día. Intervino durante el almuerzo con los aliados, para afirmar que la igualdad y el respeto mutuo son la base de la cooperación. "Si queremos actuar juntos, debemos decidir juntos", dijo. También reiteró el compromiso de España con la lucha antiterrorista internacional, pero, subrayó, siempre desde el respeto a la legalidad internacional.
En el mismo foro, presentó las ofertas españolas de cooperación en Irak y Afganistán: cursos de formación para 125 soldados iraquíes en la escuela de desminado de Hoyo de Manzanares; un equipo de 40 profesionales que formarán en España a jueces, policías y fiscales de Irak, en el marco de un programa de la UE; 400.000 euros para el programa de la OTAN de formación de las fuerzas armadas y el compromiso de seguir desembolsando la totalidad de los 20 millones de dólares prometidos para el proceso electoral ya celebrado en Irak. En el caso de Afganistán, Zapatero expuso que España se hará cargo de un Equipo de Reconstrucción Provincial en Kala, en el centro-oeste del país, y desplegará una base avanzada en Herat que dará apoyo al equipo citado y a otro italiano. Todo ello, insistió, sin superar el límite de 500 efectivos aprobado por el Parlamento para el despliegue en este país.
Diálogo euromediterráneo
Por la tarde, el jefe del Ejecutivo explicó a Bush en la UE las bases del diálogo euromediterráneo, que el próximo noviembre celebrará su décimo aniversario con una nueva Conferencia de Barcelona, y trató de despertar sinergias con la iniciativa del Gran Oriente Próximo que EE UU patrocina en la misma zona. Destacó que la solución del conflicto del Sáhara es fundamental para la estabilidad del Magreb, y que el desarrollo ese esencial para la paz. "Cuanto más dignamente vivan nuestro vecinos, más seguros viviremos nosotros".
Entre tanto, Moratinos ilustró a Rice sobre la política europea en Oriente Próximo, con un mensaje básico: Europa y EE UU deben cooperar a fondo y de un modo operativo, no con políticas declarativas como las del Cuarteto.
Fuentes gubernamentales indican que estas ofertas y aportaciones fueron acogidas con clara satisfacción por Bush. Zapatero insistió en que está satisfecho: "He tenido un saludo cordial, en el que ha utilizado el español, lo que es una deferencia, y muchísimo diálogo que ha ido perfilando las posiciones desde el respeto mutuo. La valoración es positiva".
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