Burelenses de todo el mundo
El naufragio del Siempre Casina es el primero de un pesquero con base en un puerto de Galicia en el que la mayoría de los marineros no son de origen gallego. Lo habitual es (o era) lo contrario, que haya gallegos en barcos que navegan por cualquier mar del mundo. Pero en la actualidad, en Burela como en el resto de la costa gallega, buena parte de los que van al mar es porque no logran un trabajo en tierra, y los inmigrantes, antes caboverdianos y ahora latinoamericanos, cubren sus puestos.
Vitor Jorge Correia Lopes, de padres caboverdianos, nació ya en Burela o vino a Galicia al poco de nacer, según algunos vecinos, y media docena de sus familiares aguardaban angustiados ayer noticias en la Cofradía de Pescadores, unidos a los parientes de sus compañeros.
Richard Gustavo Manchego Valdés, de 36 años, peruano, está casado con una burelensa, y tiene una hija de 17 meses. Su madre, Lucrecia Valdés, se enteró por el canal internacional de TVE de lo ocurrido. La cofradía realiza gestiones para que pueda viajar desde Perú.
José Santos Clavijo Mogollón, también peruano, tiene tres hijos en su país y llevaba medio año en Galicia. "Ya se me están acabando las esperanzas, pero al menos sabemos que están intentando hacer algo", se resignaba en la Cofradía un primo suyo también marinero. Los dos senegaleses, Mousa Npong y Souleymane Faye, vivían en Ondarroa (Vizcaya) y llegaron a Burela hace unos cuatro meses.
Caboverdianos y peruanos
La emigración caboverdiana a la costa de Lugo empezó en 1973. Decenas de ellos llegaron para trabajar en la construcción de las enormes instalaciones de la factoría de Alúmina-Aluminio en la cercana localidad de Xove. Al finalizar las obras, unos quedaron en la fábrica y otros fueron cubriendo los puestos en el mar que dejaron los vecinos que consiguieron un empleo en tierra.
La similitud del idioma (fueron colonizados por los portugueses) y la circunstancia de que poco después se produjo la eclosión de la flota bonitera de Burela consolidó una integración que hoy es plena, hasta el punto de que hay agrupaciones musicales caboverdianas. Una de ellas es de mujeres que hacen cantar bolsas rellenas de ropas. En la actualidad, de los 8.500 vecinos de este municipio lucense, cerca de 200 tienen sus orígenes en el archipiélago africano.
El caso de los peruanos es más reciente. Se inició hace unos cinco años, cuando los Gobiernos español y peruano establecieron convenios pesqueros que permitieron a la flota de Burela capturar pez espada en aguas del país andino. Numerosos ciudadanos de aquel país se enrolaron en barcos gallegos y bastantes fijaron su residencia en el lugar donde tenía la base la empresa para la que trabajaban.
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