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El arzobispo Cañizares: "Lo que está en juego son las libertades ciudadanas"

El presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, Antonio Cañizares, insistió ayer en que la educación "no debe ser nunca un monopolio estatal" y aludió a quienes pretenden reducir el hecho religioso a la esfera de lo privado, al menos en el ámbito de la educación; aquellos que arguyen que no es legítimo financiar con fondos públicos un proyecto educativo confesional: "Olvidan que, aquí, lo que está en juego son las libertades y derechos de los ciudadanos, a los que hay que atender con todas las garantías". Por el contrario, entendió que los derechos y libertades incluyen la enseñanza religiosa para todo el que la pida, tanto en los centros públicos como concertados, cuya existencia, dijo, se ha de garantizar y dotar con los medios necesarios.

Cañizares recordó el derecho constitucional de personas e instituciones a crear ofertas educativas de carácter propio, que pueden reclamar financiación pública en el caso de la enseñanza obligatoria. Advirtió de que esta "evidencia" es puesta en "tela de juicio" constantemente por personas, grupos y programas políticos que llegan incluso a propugnar la "desaparición de los conciertos". "Cuando se pretende que los centros no estatales no sean sostenidos por conciertos, cuando se propugna la eliminación o reducción de éstos, cuando se ponen trabas en el funcionamiento o en el acceso a los centros concertados, se está actuando en contra de derechos básicos", dijo. Estas posturas impiden, según Cañizares, que ciudadanos como los inmigrantes puedan tener acceso libremente y en igualdad a colegios no estatales.

A su juicio, estas personas lo que buscan es que el "aparato del Estado con sus administraciones traten de dominar todo, hasta el ámbito de la persona en su formación".

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