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Camps da por cerrada la polémica con la Acadèmia

Pla insiste en que el jefe del Consell debe explicar el golpe de mano en la entidad lingüística

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, no considera que tenga excesivo valor el dictamen de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) que reconoce la unidad del valenciano y el catalán e insta a los gobiernos implicados a buscar una denominación conjunta de la lengua fuera de sus respectivos ámbitos territoriales propios. Ayer, por primera vez en las Cortes Valencianas desde la irrupción del Consell en la actividad de la AVL, Camps insistió en que el dictamen sólo debe ser observado, no acatado, y pidió que cesen ya las discusiones sobre el valenciano.

"En un Estado de derecho sólo se acatan las resoluciones judiciales", dice Camps

Ayer, por primera vez desde que el consejero de Cultura amenazase el 22 de diciembre a los académicos con medidas legislativas y judiciales si emitían un dictamen sobre la naturaleza del valenciano, Francisco Camps tuvo que responder en el hemiciclo de las Cortes a una pregunta del portavoz socialista, Joan Ignasi Pla: "¿Acata o no el dictamen de la Acadèmia?".

"En un Estado de derecho sólo se acatan las resoluciones judiciales. La ley de la Acadèmia dice observar; y el presidente dice que, observado el dictamen, nunca negociará el nombre de la lengua", sentenció Francisco Camps.

Joan Ignasi Pla volvió a incidir en la cuestión y explicó que acatar significa respetar, en este caso, el dictamen de una institución creada por amplia mayoría en las Cortes Valencianas y que el nombre de la lengua, contrariamente a lo que opina el presidente de la Generalitat, nunca ha estado en cuestión.

Luego, reprochó al jefe del Consell que hubiese puesto en cuestión una institución de la Generalitat como la AVL al enviar al consejero de Cultura a dar un "golpe de Estado". "Usted y yo pactamos que [en las conversaciones para la reforma del Estatut] no se tocaba el preámbulo ni el título primero [que hacen referencia a los símbolos y el valenciano], ¿por qué envió a su consejero, para ponerlo en ridículo?", prosiguió Pla, "Ese dictamen lo que hace es poner sentido común". El secretario general del PSPV insistió en que el problema es que Camps se ha de enfrentar a la presión de su propio grupo político y ha de convivir con dirigentes como Carlos Fabra en Castellón, Alfonso Rus y Fernando Giner en Valencia y el PP de Alicante controlado por los zaplanistas.

Para Pla -que en ese momento de su intervención vio cómo un excitado Rafael Ferraro, el diputado del PP que apuesta por la derogación de la AVL, hacía aspavientos y salía en defensa de las posiciones secesionistas- la solución que tiene Camps para salir "de este lío" es dejar a la Acadèmia "que funcione libre y autónomamente".

El presidente del Consell se reservó su segundo turno de réplica para enrocarse en su posición: "A la [segunda] pregunta respondo exactamente lo mismo. El nombre de la lengua no se negocia. Se ha acabado el discutir de estas cuestiones. El valenciano se denominará así en Valencia, en España y en Europa". Camps buscó luego la complicidad socialista para dejar de hablar de la polémica intervención del Consell en la Acadèmia a costa, incluso, de no defender la gestión de sus consejeros de Cultura y de Relaciones Institucionales. "Le tiendo la mano para tener el Estatut más ambicioso y ser la primera comunidad autónoma que lo reforma al máximo nivel". El presidente no quiso, sin embargo, cerrar su intervención sin remachar el clavo recordando que, para él, el dictamen del Consell Valencià de Cultura (CVC) es superior al de la Acadèmia -ya que figura en la propia ley de creación de la AVL- y que da el tema por cerrado -"el que quiera reabrir esta cuestión, allá él; nosotros, por la moderación y el centro [político]"-.

Por su parte, la presidenta de la Acadèmia, Ascensió Figueres, reconoció ayer que el ambiente en la institución es ahora "tranquilo y bueno, tras la crispación que, gracias a Dios, hemos superado". Ascensió Figueres, que asistió en el Palacio de Forcalló al acto de entrega de la Medalla de Oro del Consell Valencià de Cultura (CVC) al historiador y académico Pere Maria Orts, aseguró: "Hemos conseguido llegar a un consenso que nos ha traído nuevamente la normalidad. Una normalidad que en algún momento puede haberse visto crispada, pero que ahora, gracias a Dios, hemos superado". Figueres aseguró que la relación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua con el Consell "es la misma que tiene cualquier institución con el Gobierno Valenciano".

El consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, evitó pronunciarse sobre el dictamen de la AVL porque ya lo había hecho el presidente de la Generalitat en las Cortes Valencianas. "Lo que ha dicho el presidente Camps está claro y lo está para su gobierno", aseveró.

Lenguas y PP

La oposición parlamentaria acudió ayer al hemiciclo con la intención de sacar a la luz las costuras del traje que arropa al presidente de la Generalitat: la complicada situación orgánica del PP tras la renovación de cargos en los congresos provinciales.

Pla relacionó la, a su entender, errática política de Camps respecto a la Acadèmia con las presiones de las distintas facciones populares que lejos de menguar han crecido. "Hasta ahora hablábamos de un gobierno de coalición [campistas y zaplanistas], ahora tendremos que hablar de pentapartito [con Fabra, Rus y Giner]", manifestó el dirigente del PSPV.

El portavoz de Esquerra Unida-L'Entesa, Joan Ribó, interpeló ayer a Camps en las Cortes sobre los motivos que llevaron al Consell a anunciar el proyecto de la Ciudad de las Lenguas de Castellón. Pero como acabó por confesar el propio Ribó -después de que el jefe del Consell demostrase que no estaba dispuesto a ir más allá de los objetivos generales de la idea- lo que buscaba era una respuesta que le confirmase la sospecha de que el proyecto se hizo para dar sueldo, coche y asesores a José Luis Gimeno tras su "dimisión forzada" como alcalde de Castellón. "Alguna relación habrá entre la dimisión del alcalde y esta Ciudad de las Lenguas", dijo Ribó sin reprimirse.

La respuesta del presidente Camps fue la de situar a Esquerra Unida en el pasado y asegurar que el PP trabaja para el futuro sin ninguna referencia al relevo en la alcaldía de Castellón.

Pero justo cuando Camps ya estaba acabando, apareció la fina ironía del responsable del Parlamento, el zaplanista Julio de España, para echarle un capote a la oposición que, desde sus bancos lanzaba risotadas y apostillaba la respuesta del jefe del Consell. "Les ruego no compliquen más al presidente la situación", dijo De España en medio del jolgorio, mientras Camps desde la tribuna apostillaba: "Al presidente de las Cortes, de las Cortes".

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