Gitanos húngaros logran que se retire de Internet un juego racista
Defensores de los derechos de los romaníes en Hungría consiguieron ayer que se quitase de una página de Internet un juego de claro carácter racista, llamado Acción gitana, en el que los jugadores debían hacer una limpieza étnica de gitanos del país.
El programa colgado en Internet ofrecía a los jugadores una variedad de armas de fuego que podían usar contra la población gitana y, si lograban acabar con ella, el país aparecía blanco en la pantalla, informó el Centro de Prensa Romaní de Budapest, un importante centro de defensa de los derechos de los gitanos. El juego fue suprimido ayer de la página web.
Este incidente se produce pocos días después de que los Gobiernos de ocho países de Europa Central y Oriental, entre ellos Hungría, se comprometiesen durante un congreso en Sofía a convertir los próximos 10 años en la década de lucha contra la discriminación de los romaníes.
Con una población estimada entre 10 y 12 millones de personas, los gitanos representan la minoría étnica más numerosa de Europa y sus derechos, tanto económicos como culturales y morales, son muchas veces pisoteados. El juego suprimido es sólo un ejemplo de este tipo de atropellos.
El artículo primero, apartado segundo, de la Constitución europea defiende explícitamente los derechos de la minorías: "La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías", señala el texto del tratado.
Discriminación
Los grupos de defensa de los derechos de los gitanos calculan en 500.000 el número de romaníes que viven en Hungría, sobre una población total de 10 millones de personas. Aunque la discriminación que sufre esta minoría en Hungría es menor que en otros países europeos, los gitanos siguen teniendo problemas para acceder a la educación, la sanidad y el mercado de trabajo.
Durante el congreso celebrado en Bulgaria, Naciones Unidas hizo público un informe sobre la situación de los romaníes en ocho países de Europa del Este y Balcanes que mostraba la situación de pobreza y discriminación que afecta a esta minoría en el continente. "En la próxima década, el destino de los romaníes va a ser el reto social más complicado, importante y complejo al que vamos a enfrentarnos", dijo James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, que patrocinó y financió el encuentro celebrado en Bulgaria.
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