Lula y Chávez sellan una alianza estratégica centrada en el petróleo

Petróleo, gas, tecnología militar, agroindustria, ganadería, telecomunicaciones: el espectro de la alianza estratégica sellada ayer por los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez es ambicioso y, de concretarse en negocios reales, podría convertir la sociedad de Brasil y Venezuela en una de las más dinámicas de América del Sur. Los dos gobernantes expresaron su convencimiento de que el éxito de la alianza depende de la participación de los empresarios.

Chávez, que ha tenido seis años de relaciones tensas con el sector privado, afirmó ayer que "sin la participación de los empresarios de Brasil y de Venezuela no funcionará esta alianza".

"Sin los empresarios de Brasil y Venezuela no funcionará esta alianza", dijo Chávez

"Asóciense, hagan negocios, generen ingresos y puestos de trabajo. El éxito individual de ustedes también será el éxito de todos nosotros. Porque, como ha dicho el presidente Chávez, unidos alcanzaremos niveles superiores de libertad", dijo Lula.

Lula y Chávez instalaron un Encuentro Empresarial Venezolano-Brasileño, que se reunió en el palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano, de manera simultánea con la cumbre de los dos mandatarios.

En el salón, en una escena totalmente atípica, se encontraban importantes figuras del sector privado venezolano, como Lorenzo Mendoza, capitán de poderoso Grupo Polar, el más grande del país en los campos agroindustrial y de la cerveza. Los empresarios venezolanos creen que la alianza debe apuntar no sólo a un mayor volumen de negocios, sino también a equilibrar la balanza bilateral, pues de los 1.600 millones de dólares del intercambio, apenas 200 son de exportaciones venezolanas, según lo explicó Nelson Quijada, presidente de la Cámara Venezolano-Brasileña de Industria y Comercio. Adicionalmente, la mayor parte de esos 200 millones de dólares ha corrido por cuenta de corporaciones estatales como Petróleos de Venezuela (PDVSA), por lo que puede afirmarse que la participación de los empresarios privados venezolanos ha sido realmente marginal.

Todo parece indicar, sin embargo, que el Estado seguirá siendo el motor fundamental de esta relación bilateral, pues el eje de los acuerdos firmados es una operación de riesgo compartido de las dos corporaciones petroleras estatales, PDVSA y Petrobras, que en principio tiene el objetivo de emprender la explotación de gas natural en Brasil, con la tecnología y experiencia de la industria venezolana. Entre los proyectos concretos en el campo petrolero está la construcción en territorio brasileño de una refinería para petróleo venezolano.

Asimismo hay planes para utilizar de manera óptima los recursos de transporte y distribución de crudos y productos refinados. La alianza tiene una marcada impronta energética, pues 14 de los 20 acuerdos suscritos tienen que ver con petróleo, electricidad y fuentes alternativas, como una planta de etanol que será instalada en los llanos venezolanos.

Asimismo, tendrá especial importancia el convenio para la compra de aviones de combate Tucano por la Fuerza Aérea venezolana. Estas adquisiciones fueron anunciadas por el presidente Chávez en su programa de radio y televisión del domingo pasado, tras haber denunciado que Estados Unidos está poniendo obstáculos al suministro de repuestos de los cazabombarderos F-16 que posee Venezuela desde los años ochenta.

Los presidentes, que tienen conocidas coincidencias ideológicas, destacaron que el entendimiento económico es la expresión del propósito de integración política. Como una demostración de ello, celebraron ayer una especie de Consejo de Ministros conjunto, un hecho sin precedentes en las relaciones bilaterales. "Lo que estamos haciendo aquí es concretando una aspiración de aquellos que lucharon por la libertad de Venezuela y Brasil, que soñaron con dos naciones soberanas, libres y autónomas y con la autodeterminación de sus pueblos. Estamos concretando una alianza estratégica profunda que resalta las potencialidades de ambos países", señaló Lula.