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La guerra sucia empaña la campaña portuguesa

La fiscalía desmiente las acusaciones de corrupción contra el candidato socialista

José Sócrates, secretario general del Partido Socialista portugués (PS) y, según todos los sondeos, claro vencedor de las elecciones legislativas del 20 de febrero, se vio ayer implicado en un caso de supuesta financiación irregular de su partido cuando era ministro de Medio Ambiente de António Guterres. Según varios periódicos, Sócrates facilitó la aprobación de un gran proyecto de construcción a cambio de dinero para el PS. La noticia acabó por ser desmentida por la fiscalía y por la Policía Judicial. Sócrates dijo ser víctima de una "campaña sucia" de ataques.

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No es la primera vez que el líder socialista y su partido son blanco de ataques personales. Su principal adversario, Pedro Santana Lopes, actual primer ministro, líder del conservador Partido Social Demócrata (PSD) y, según todos los sondeos, a punto de ser derrotada en las elecciones, se lanzó a la carrera electoral con insinuaciones sobre la orientación sexual de Sócrates, que le acusó de hacer un campaña indigna del propio PSD. La desesperada y errática campaña de Santana Lopes le ha valido la clasificación de "artista de circo" por parte de muchos analistas.

Tras una semana de plena campaña electoral, las grandes noticias que han llegado a los electores sobre el combate político se han limitado a episodios menores y sucesivas denuncias de la existencia de una guerra sucia. " A esto se resume por ahora la campaña electoral portuguesa, que hoy entra en su última semana, en las palabras del columnista del semanario Expresso José António Lima. Al ataque desesperado de Santana Lopes a su adversario, tanto político como personal, se suma una campaña con poca movilización y entusiasmo por parte de Sócrates. Nunca el desinterés del electorado -traducido en un gran numero de indecisos- ha sido tan alto.

Los portugueses van a votar como consecuencia de una "bomba atómica", la forma como es llamada en Portugal la disolución del Parlamento por parte del presidente de la República, el socialista Jorge Sampaio, que invocó para disolver el Parlamento la falta de credibilidad y la descoordinación del Gobierno de Santana Lopes tras cuatro meses en el poder. Los comicios surgen además en un momento de profunda crisis económica y social. Los portugueses están hartos de la inestabilidad -el próximo Ejecutivo será el cuarto en cuatro años- y de la crisis. "Pese a eso, estas elecciones no están movilizando especialmente a los electores. El PS tiene una gran oportunidad para conseguir la mayoría absoluta, pero creo que no la logrará porque le falta una dinámica de victoria y un proyecto nuevo de ruptura", afirmó el jueves Ricardo Costa, analista político y director de la cadena privada SIC Noticias1. "Por primera vez en Portugal, tenemos una campaña que se basa en el ataque al adversario", destacó Francisco Sarsfield Cabral, columnista del Diario de Noticias.

El candidato socialista, José Sócrates, se dirige a sus seguidores en un mitin en Braga, al norte de Portugal.
El candidato socialista, José Sócrates, se dirige a sus seguidores en un mitin en Braga, al norte de Portugal.AP
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