Corea del Norte anuncia que tiene armas nucleares y rompe el diálogo
Estados Unidos resta importancia al mensaje y asegura que podrá "lidiar con la amenaza"
"Hemos fabricado armas nucleares para defendernos y abordar la cada vez menos disimulada política del Gobierno de Bush de aislar y asfixiar a Corea del Norte". El anuncio oficial de Pyongyang, por primera vez, de que posee armas nucleares no pareció alarmar ni sorprender a Washington. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo que es una posibilidad que se tiene en cuenta desde hace años y que "EE UU y Corea del Sur tienen suficiente capacidad disuasoria en la península de Corea como para lidiar con cualquier potencial amenaza". El secretario de Defensa puso en duda el anuncio, aunque no desestimó el riesgo.
El comunicado del ministro norcoreano de Exteriores, en el que se rechaza la vuelta a la mesa de negociaciones sobre su programa nuclear, añade que las supuestas armas "seguirán actuando como un elemento de disuasión nuclear para la autodefensa bajo cualquier circunstancia". La actitud de Washington, destaca, "nos obliga a tomar medidas para reforzar el arsenal de armas nucleares para proteger la ideología, el sistema, la libertad y la democracia elegidos por el pueblo". Además de este tradicional lenguaje surrealista, se asegura que se mantiene "el principio de resolver el asunto a través del diálogo y la negociación y de mantener el objetivo último de desnuclearizar la península coreana".
El hecho de combinar el anuncio con estas palabras sugiere que Corea del Norte ha optado por dar un golpe de efecto destinado a mejorar su posición en las interrumpidas negociaciones que tienen como objetivo que la dictadura prescinda de su arsenal nuclear a cambio de ayuda económica y la normalización de sus relaciones internacionales. Con el escenario de la amenaza nuclear protagonizado casi en exclusiva por Teherán, el mensaje para lograr mayores concesiones en la eventual reanudación de las negociaciones sería "Pyongyang también existe".
Corea del Norte nunca ha realizado un ensayo nuclear, aunque se da por hecho que tiene suficiente uranio enriquecido y tecnología como para fabricar armas. Los últimos inspectores atómicos de la ONU fueron expulsados del país hace tres años. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, fue escéptico en su reacción desde Niza: "No sé si tienen esas armas. El hecho de que lo digan no constituye ninguna prueba en sí. Suponiendo que las tengan -y pueden tenerlas, pero yo no lo sé, no lo estoy confirmando- sería preocupante, dado que es un régimen dictatorial con un comportamiento de estímulo de proliferación de armas que supone una amenaza y un riesgo".
Ni atacar ni invadir el país
Condoleezza Rice fue también cuidadosa; no confirmó que los norcoreanos tengan bombas nucleares, pero tampoco lo descartó: "Desde hace algún tiempo estamos al tanto de su capacidad para tener quizá algunas bombas", dijo en Luxemburgo, después de su encuentro con representantes de la Unión Europea. En todo caso, y en claro contraste con la presión sobre Irán, EE UU se toma la situación en Pyongyang con mucha más calma y defiende una negociación multilateral regional para desactivar la tensión. Rice pidió a Corea del Norte que volviera a las conversaciones interrumpidas hace seis meses y añadió: "Bush les ha dicho a los norcoreanos que no tiene ninguna intención de atacarles o de invadir su país".
En su discurso de toma de posesión, Bush dibujó el objetivo de acabar con todas las tiranías; días antes, Rice había incluido al régimen de Pyongyang entre los seis modelos de tiranía. Pero en el discurso sobre el estado de la Unión, Bush se limitó a decir que EE UU "trabaja estrechamente con otros Gobiernos en Asia para convencer a Corea del Norte de que abandone sus ambiciones nucleares", algo muy distinto a cuando Corea del Norte acompañó a Irak e Irán en el eje del mal, hace tres años.
Estados Unidos ha mantenido desde 2003 tres rondas de negociación con las dos Coreas, China, Japón y Rusia. Las conversaciones han logrado escasos avances. Una cuarta sesión que iba a tener lugar en septiembre pasado se anuló porque Corea del Norte decidió no asistir en protesta por lo que consideraba "política hostil" de Washington.Las reacciones de los protagonistas de la negociación fueron ayer previsibles. El gobierno de Corea del Sur afirmó que el anuncio es "muy lamentable". En Pekín, se reiteró el intento de "desnuclearización de la península y del mantenimiento de la paz y la estabilidad". Javier Solana, en nombre de la UE, lamentó la ausencia de Corea del Norte en las negociaciones, "el mejor instrumento para resolver el problema nuclear en la península".
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