El 'glamour' de los pigmeos

Estaban en la mesa de la primera, y multitudinaria, rueda de prensa del Festival de Berlín: Kristin Scott Thomas, con su distante belleza y la mirada perdida muchas veces en el vacío, y Joseph Fiennes, uno de los hombres más atractivos del cine europeo, según encuestas femeninas. Inauguraban la Berlinale con Man to man, del francés Régis Wagnier. Pero no causaron ni la mitad del impacto y la simpatía con la que arrasaron sus compañeros desconocidos del reparto, Cécile Bahiya y Lomama Boseki, que debutan en esta película de aventuras, ciencia y estrechez victoriana, sobre unos investigadores que buscan el eslabón perdido y creen que lo han hallado en dos pigmeos a los que trasladan a Escocia como conejillos de Indias.

Bahiya y Lomama son Toko y Likola, los pigmeos que se llevaron de calle a la prensa de la Berlinale ayer con la dulce seguridad en sí mismos que desprendían sus declaraciones. "Creo que lo que yo quiero es llegar a ser una gran actriz", decía Bahiya. Hasta ayer no habían visto la película, que inauguró fuera de concurso la gran fiesta de cine alemana, y hasta que Wagnier -decantado hacia el cine de época con películas como Indochina u Oriente-Occidente- los eligió para el reparto, nunca habían estado delante de una cámara. Pero ya tienen su método, que convence con determinación hasta a sus nuevos colegas, muy duchos en declamar a Shakespeare pero rendidos ante la espontaneidad que destilan los compañeros novatos. Su teoría es ésta: "Es difícil, pero lo que tienes que hacer es que parezca fácil", aconsejaba Bahiya, ante las miradas convencidas de su director y los demás, a los que también acompañaban Ian Glenn y Hugo Bonneville, otros dos personajes destacados de la historia.

Alma y orgullo

Fiennes y Scott Thomas se mostraron rendidos y hasta acomplejados por la capacidad de convicción pigmea. "Al trabajar con ellos notabas que tienen algo que otros no poseen. Es un intercambio de miradas único porque te muestran con los ojos su alma y su orgullo", decía el protagonista de Shakespeare enamorado. "Su franqueza es lo que más me impresiona, y la naturalidad de su expresión nos hacen sentirnos un poco idiotas a quienes nos vemos obligados a justificar cada gesto. Ellos lo hacen sin reparar en tonterías y para los demás es una lección de humildad", afirmaba Scott Thomas.

La actriz británica no pudo evadirse de la inevitable comparación. Ha trabajado con los dos hermanos Fiennes, Joseph y Ralph, que fue compañero suyo de reparto en El paciente inglés, de Anthony Minghella. "Sabía que me harían esa pregunta. No sé responder, no hay respuesta. Mi hermana también es actriz y no se nos puede comparar. Pero ambos son solventes y conmovedores", aseguró la intérprete.