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Vientos de 430 kilómetros por hora azotaron la sonda 'Huygens' en Titán

Vientos de hasta 430 kilómetros por hora azotaron la sonda espacial Huygens el pasado 14 de enero durante su descenso en Titán, una de las lunas de Saturno. Dicha velocidad máxima se registró aproximadamente 10 minutos después de iniciar la caída por la atmósfera de ese cuerpo, cuando la sonda estaba a unos 120 kilómetros del suelo. Los vientos fueron más suaves cerca de la superficie. Estos datos, hechos públicos ayer, fueron tomados por los radiotelescopios terrestres que estuvieron pendiente de la maniobra de Huygens e incluso captaron la primera señal de que la sonda de la Agencia Europea del Espacio (ESA) estaba efectuando el descenso, aunque aún no transmitía información a la Tierra. Titán está a 1.500 millones de kilómetros.

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"Los vientos son débiles cerca de la superficie de Titán y se incrementa su velocidad con la altura hasta unos 60 kilómetros, haciéndose mucho más intensos más arriba, donde puede haber vientos racheados verticales significativos", explicó ayer la ESA.

Los datos obtenidos por los radiotelescopios, especialmente los de Green Bank (EE UU) y Parkes (Australia), han permitido compensar la pérdida de información del medidor de vientos embarcado en Huygens, debida a un error en la configuración de uno de los receptores en la nave Cassini estadounidense, en órbita de Saturno, encargada de captar los datos de la sonda y retransmitirlos a la Tierra.

Información duplicada

La mayor parte de la información de los experimentos de la Huygens iba duplicada en los canales A y B, por lo que la pérdida del primero no tuvo gran impacto en el resultado científico de la misión. La pérdida del canal A de transmisión de Huygens a Cassini se debió a un error en los comandos enviados por la ESA a la nave estadounidense y, desde el primer momento, la agencia europea asumió toda la responsabilidad por el fallo.

Los datos de vientos aportados por los radiotelescopios se basan en el cambio de la frecuencia -efecto Doppler- de la radioseñal de Huygens captada en la Tierra debido a que el efecto de los vientos provoca variaciones de la velocidad horizontal de la sonda. El efecto Doppler es el mismo que hace que el pitido de un tren sea más agudo cuando el convoy se acerca que cuando se aleja de nosotros. Para la recepción de la señal de la Huygens fueron utilizados radioreceptores especiales diseñados para captar señales muy débiles. Los radiotelescopios oyeron el tono de la transmisión de Huygens pero no el contenido.

De momento los científicos tienen un vacío de datos de unos 20 minutos de intervalo entre las medidas tomadas en Green Bank y las de Parkes, pero confían en poderlas completar con la información obtenida por otros radiotelescopios (incluida la red de antenas VLBI), que está siendo analizada.

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